lunes, 31 de diciembre de 2012

Abuelo

Ahora, trece años y un día después, tu destino viene a buscarte, agarrándote de la mano para guiarte al lado de la persona que más has amado nunca. De la mejor abuela del mundo. 
Ahora, vienen los llantos, y los arrepentimientos. 
Siento no haber sido el mejor nieto. De hecho, siento mi comportamiento de...¿casi siempre?
Todos sabemos el tipo de "vida" que llevabas, y, aunque duela, esto es lo mejor. 
No vivías. No sentías. No eras tú, aquel abuelo mío que nunca paraba. 
Ya sólo era esperar, que el tiempo corriese y la vida siguiera su curso, y ha llegado.
Nos abandonas, aunque no es del todo cierto. 
Sólo tu cuerpo deja de estar con nosotros. Pero yo nunca voy a olvidarte.
Ni tu hija, ni tu hijo. ¿Cuánto has vivido con ellos? 
¿Cuánto han sufrido por ti? Hasta en el último momento has dado guerra.
Sofocones, no hacías caso, no había forma de tratarte...
Ellos, más que nadie, han estado ahí para ti. 
Ahora, desde arriba, eres tú quien les debes cuidar que, ahora, más que nunca, mamá te necesita. 
Lamento no haber podido prestar más de mi tiempo en ti, pero, ¿cómo hacerlo?
Te miraba y me dolía. 
No respondías. No reaccionabas. Era estar solo, y hacer un monólogo. Y me cuesta decir te quiero, y más aún, si no me lo vas a poder devolver. Y ni te digo con gente. 
Y creo estar arrepentido de ello. Pero prometo decírtelo mirándote. Mañana. 
No te molesto más "haciéndote leer esto", trece años perdidos son muchos.
Mis lágrimas empiezan a brotar nuevamente. 
Te voy a echar de menos. 
Abraza, besa, y dile a la abuela 'te quiero' de mi parte, por favor. A ella también la extraño.
Jamás volverán a ser unas buenas navidades faltando vosotros dos. 
Corre con ella, yo acabo ya. Poneos al día. Dí cuánto la has echado de menos. Haz que sonría.
Os quiero, abuelos.
Te quiero, abuelo. Descansa en paz. Hasta siempre.

martes, 4 de diciembre de 2012

Qué hacer

Sabes que es lo más grande de tu vida, cuando lo único en lo que piensas es en su felicidad, aunque cueste la tuya. A cualquier precio.

Piensas si sacrificarte y tener una mala época valdrá para que ella sonría y, te lo piensas.
Piensas si hacerlo.
Piensas sus consecuencias, positivas y negativas.
Barajas las cartas, pero no sabes cuál es la que marca la diferencia.
No sabes cuál es la elegida.
Debes elegir una y, esperar la reacción a ver si es o no la acertada.

Si me lees, no sufras, no pienses mal.
No es grave, sólo es una locura mía.
Te amo. 
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