Noches en las que debería dormir
y en cambio me pongo a pelear,
yo y mi conciencia.
Le gano porque a ella le domina la ausencia.
No sé por qué, pero lucho.
Escucho, aunque no oigo.
Pasos que doy a ciegas
cegados por falsos abrazos.
Somos yo y mi felicidad
y no se por qué,
pero la hija de puta a cada rato se va.
Pero hay que ser fuerte.
Tras esta letra seré el de siempre.
No sé cómo lo hago;
por más que duermo de mis ojeras no me deshago.
Escribo sobre una factura,
una y otra que se me acumulan.
Bienvenidas a mi vida,
deudas y penas nos auguran.
Ya me vuelve la tristeza
y su belleza me envuelve.
Es como cuando coges una rosa,
una espina te pincha y te desanima.
Lo que es la vida...
Alguien construye lo bello que a ti te destruye.
Dedico estas palabras macabras a la luna.
La jodida inspiración que tanto duele y al día se esfuma.
Por hoy mi alma se desnuda.
Quisiera dedicarte mis mejores versos
y que tú me callases a besos.
Pero duermes, perdida en la lejanía
y yo pensando si nos conoceremos algún día.
Quisiera poderme ahogar en el hielo del fondo de un vaso
y así, hasta emborracharme.
¿Importaría, acaso?
Si la gente me vería de aquí para allá,
sin rumbo en este mundo frío.
Dando gracias de quien no se ría.
Contemplando mi rostro en el río.
Mi imagen distorsionada
y en mi cabeza sonando esta canción mal entonada...