Las seis y media pasadas de la mañana. Una noche roza su fin, su oscuridad se desvanece y da paso a un nuevo inicio. La claridad del día poco a poco se impone. Acaba un sábado, iniciando un domingo. A veces me gusta pensar y hablar conmigo mismo mientras veo esto. Veo esfumarse el oscuro cielo y uno nuevo le sustituye. Lentamente, de forma casi imperceptible a nuestros ojos, la luz está ahí, donde antes sólo había negro. Los primeros rayitos de sol, iluminan las calles, atravesando la luz proyectada por las bombillas de las farolas aún encendidas por las calles. Se va colando por las rendijas de tu persiana. Un día acaba, y otro empieza. Un nuevo día. Así como todo en la vida, algo acaba y es sustituido. Gente que se va y en su lugar aparecen otras personas. El dinero que gastas, pero a fin de mes con suerte, regresa. Ese gatito que huyó de casa por la ventana, emprenderá el camino de vuelta. Sonrisas que se pierden, y se descubren nuevas. Besos que se los lleva el viento. Esos perfumes especiales que no se usan por no tener la cita adecuada. Promesas reemplazadas. Miradas perdidas en unos falsos ojos, y otras miradas te son devueltas de mayor intensidad.
domingo, 27 de julio de 2014
sábado, 5 de julio de 2014
Coraza de acero X
-Olé y olé las mujeres guapas - Jose se acercaba a la mesa donde su madre y su hermana desayunaban y les dio un beso a cada una - ¡Que aproveche!
-Jo jo, vaya humos. ¡Alguien ligó anoche! - Su hermana se reía, había acertado.
-Buenos días rey, ¿quieres desayunar? Pero no demasiado, que son las 11:30 y luego no comes nada.
-Síí mamáa... - Le puso cara de aburrido y fue a por un tazón de cereales.
-¿Me acompañas de compras? Porfiii... - Su hermana suplicaba con los ojitos.
-Ya sabes que siempre lo hago. Acabo y me visto.
-Yujuu! ¡Qué buen hermanito tengo! Con razón ligaste, jaja.
-Y daleee... Jajaja.
Cuarenta y cinco minutos después estaban entrando en el centro comercial. Ella ya iba enfilada hacia Stradivarius. No le costó coger varios pantalones y camisetas que le gustaron e ir al probador, cargándole a él su bolso.
Para hacer amena la espera sacó su móvil y escribió en el grupo de Whatsapp de sus amigos;
-¿Cómo acabó la noche?
Lo acababa de enviar cuando alguien le tocó el hombro llamando su atención.
-¡Sandra! ¿Cómo tu por aquí?
-Ya ves, de compras. Bonito bolso, te queda bien.
Ambos rieron. Se dieron un pico rápido, pero la situación era incómoda. Sabían que entre ellos había algo, pero no habían hablado desde anoche.
No mucho después, Virginia, salvadora, abrió la puerta saliendo del probador dispuesta a lucir su modelito.
-Anda, hola Sandra. ¿Qué tal?
-Eyy, de compras y saludando a... Espera, ¿os conocéis?
-Es mi hermano jaja
-Vaya casualidad. Bueno, yo me marcho. Me alegro de haberos visto. - Sandra se sonrojó por la vergüenza de 'estar' con el hermano de una conocida.
-Virginia, ¿de qué os conocéis?
-Nos presentaron en una fiesta de mi mejor amiga. ¿Y tú qué hacías hablando con ella? Creía que no querías saber ya nada con relación a Sara.
Eso no era cierto, pero él había dicho eso tiempo atrás para no preocupar a su hermana.
-¿Y eso qué tiene que ver con Sandra?
-Mmmm.... Déjame que lo piense... Quizá... Porque... Mmmm.... ¿Son primas?
-Jo jo, vaya humos. ¡Alguien ligó anoche! - Su hermana se reía, había acertado.
-Buenos días rey, ¿quieres desayunar? Pero no demasiado, que son las 11:30 y luego no comes nada.
-Síí mamáa... - Le puso cara de aburrido y fue a por un tazón de cereales.
-¿Me acompañas de compras? Porfiii... - Su hermana suplicaba con los ojitos.
-Ya sabes que siempre lo hago. Acabo y me visto.
-Yujuu! ¡Qué buen hermanito tengo! Con razón ligaste, jaja.
-Y daleee... Jajaja.
Cuarenta y cinco minutos después estaban entrando en el centro comercial. Ella ya iba enfilada hacia Stradivarius. No le costó coger varios pantalones y camisetas que le gustaron e ir al probador, cargándole a él su bolso.
Para hacer amena la espera sacó su móvil y escribió en el grupo de Whatsapp de sus amigos;
-¿Cómo acabó la noche?
Lo acababa de enviar cuando alguien le tocó el hombro llamando su atención.
-¡Sandra! ¿Cómo tu por aquí?
-Ya ves, de compras. Bonito bolso, te queda bien.
Ambos rieron. Se dieron un pico rápido, pero la situación era incómoda. Sabían que entre ellos había algo, pero no habían hablado desde anoche.
No mucho después, Virginia, salvadora, abrió la puerta saliendo del probador dispuesta a lucir su modelito.
-Anda, hola Sandra. ¿Qué tal?
-Eyy, de compras y saludando a... Espera, ¿os conocéis?
-Es mi hermano jaja
-Vaya casualidad. Bueno, yo me marcho. Me alegro de haberos visto. - Sandra se sonrojó por la vergüenza de 'estar' con el hermano de una conocida.
-Virginia, ¿de qué os conocéis?
-Nos presentaron en una fiesta de mi mejor amiga. ¿Y tú qué hacías hablando con ella? Creía que no querías saber ya nada con relación a Sara.
Eso no era cierto, pero él había dicho eso tiempo atrás para no preocupar a su hermana.
-¿Y eso qué tiene que ver con Sandra?
-Mmmm.... Déjame que lo piense... Quizá... Porque... Mmmm.... ¿Son primas?
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