Hoy, he tenido un examen. En él me han puesto un texto, y en resumidas cuentas, quería decir que un hombre tenía "miedo" (no como tal) por su hijo pues, él siendo pequeño, prefería jugar con barbies, saltar a la comba y colores rosados. El hombre se expresaba como liberal y que no le importaba la orientación sexual de su hijo, pero sí que tenía cierto temor pues a edades tempranas, el mundo, los niños, son crueles.
Hace una pequeña reflexión al final en la que viene diciendo que, "si todos somos diferentes, nadie lo es" y que ya está más tranquilo pues en diferentes coles, en las calles, etc, hay niños negritos, chinos, etc.
Bien, a lo que iba. Una pregunta de examen era:
-Redacta un tema argumentativo o juicio crítico partiendo de la siguiente afirmación del texto: "Si todos somos diferentes, nadie lo es"
Esta ha sido mi respuesta:
Voy a criticar el tema "si todos somos diferentes, nadie lo es", y voy a hacerlo porque (dentro de la justicia de la frase) es una injusticia. ¿Quién marca que alguien de color es diferente a los blancos? ¿Y si los diferentes somos nosotros? ¿Y en China, todos ellos, o nosotros, quién es el diferente entonces? Me enfada que, sólo porque 'entre los nuestros' haya alguien de otra raza, idioma o sexualidad ya es tachado de diferente.
Para esa gente con esa mentalidad, os hago una pregunta:
Entre un chino, un negro, un homosexual y "tú", ¿Quién es el diferente?
viernes, 5 de septiembre de 2014
lunes, 1 de septiembre de 2014
Locos...
-Simplemente, sé que en aquella alta esquina del techo, en aquella minúscula grieta, algo se movió.
-Pero, ¿cómo es eso posible? Hemos explorado el techo, ni con luz, apareció esa grieta. ¿Cómo pudiste verla en la oscuridad?
-Me tienen día y noche encerrado en esa habitación, con todo el respeto, permítame decirle que quienes han mirado, si es que lo han hecho que lo dudo, han mirado por mirar, por cumplir. No a conciencia en busca de algo.
-Joder, si está loco, ¡como para no tenerle encerrado! - Una voz detrás de ellos dos, gritó.
-¡Por Dios, cállese! Que alguien lo saque de la habitación. Disculpa, pequeño. No le hagas caso, nadie te encierra por loco.
-¿Puedo dudarlo? ¿Por qué entonces?
-Ya sabes que a veces dices cosas sin sentido, carecientes de cohesión. Al menos, para nosotros.
-Y una mierda, doctor.
-El tema es que en tu habitación no se ha encontrado nada.
-El tema es que no tienen ni puta idea de esa habitación. ¿Sabe cuánto llevo en ella? Tres jodidos años. - Soltó un largo y cansado suspiro y prosiguió hablando - Tres años, cuatro meses y veintisiete días. He olvidado el color del sol. He olvidado el olor del perfume de la chica que me gustaba por entonces, y que gracias a ustedes por tratarme de loco se alejó de mi. He olvidado el cómo se divierte uno en un campo, con un perro por detrás, como tu ángel guardián. He olvidado la risa de los niños jugando y el sonido de un llanto. Pero aquí he aprendido demasiado. Creen que estoy loco, pero yo se que no. ¿Qué saben ustedes de un loco, si llaman así a alguien que ama a una persona sin conocerla cara a cara? Ustedes, que tachan de loco a aquél que escriba una historia y entrega los folios en blanco, y preguntáis "¿y la historia? Están vacíos." Y los locos, no, no locos, incultos, son ustedes por no comprender que esa historia la escribe por y para cada uno de nosotros; la historia de nuestra vida, y la completamos día a día.
>>Déjeme que le diga algo:
Esa habitación ha sido mi tortura y mi vida. Ha sido todo en la nada que he tenido. Ha sido que ha visto mis lágrimas, y esas paredes ha sido lo único que me "ha consolado".
¿Me toman por loco? Bien.
El interruptor de la luz no está en el centro de la pared, está cuatro centímetros abajo. Hay trescientos cuarenta y seis losetas en el suelo. Tres partidas por la mitad, pegadas intentando disimular la raja, pero se aprecia. La que hay tres pasos a la derecha debajo de la ventana, la esquina noreste está suelta, suena y se mueve si pisas esa zona. La pared justo frente a la ventana, los diez primeros minutos que el sol sale, se nota el corte de la antigua pintura, se debe a la claridad. El suelo tiene una brevísima inclinación, no está recto.
Y usted, doctor, cuando está nervioso, como ahora, cuando alguien le deja en evidencia, le tiembla levemente la rodilla izquierda.
¿Siguen creyendo que estoy loco por haber visto algo allá arriba? Porque puedo decirles muchas más cosas que me juego mi libertad o mi prisión, a que desconocéis.
-Doctor, perdone que le interrumpa. - Alguien aparece, alguien que no habían visto hasta ahora, y susurra en el oído, pero que aun así, el joven acierta a escuchar - Han encontrado un pajarillo sobre el techo de su habitación. Se coló por una minúscula rendija, y el techo se mueve, en la esquina que él indicaba.
-Así que, se mueve... - el doctor no daba crédito - esa es la grieta.. el movimiento del techo. Y...y el pájaro, lo vio, apreció su movimiento en la penumbra... Asombroso...
-Doctor, igual no estoy loco. Igual es que tengo una mente mucho más desarrollada a la vuestra y tratáis de enfermo mental a quien ve algo diferente a lo que ve el resto. Ése es el problema de esta sociedad.
¿Mis cosas, por favor? Ahora quisiera marcharme a casa. Tres años fuera son muchos.
-Pero, ¿cómo es eso posible? Hemos explorado el techo, ni con luz, apareció esa grieta. ¿Cómo pudiste verla en la oscuridad?
-Me tienen día y noche encerrado en esa habitación, con todo el respeto, permítame decirle que quienes han mirado, si es que lo han hecho que lo dudo, han mirado por mirar, por cumplir. No a conciencia en busca de algo.
-Joder, si está loco, ¡como para no tenerle encerrado! - Una voz detrás de ellos dos, gritó.
-¡Por Dios, cállese! Que alguien lo saque de la habitación. Disculpa, pequeño. No le hagas caso, nadie te encierra por loco.
-¿Puedo dudarlo? ¿Por qué entonces?
-Ya sabes que a veces dices cosas sin sentido, carecientes de cohesión. Al menos, para nosotros.
-Y una mierda, doctor.
-El tema es que en tu habitación no se ha encontrado nada.
-El tema es que no tienen ni puta idea de esa habitación. ¿Sabe cuánto llevo en ella? Tres jodidos años. - Soltó un largo y cansado suspiro y prosiguió hablando - Tres años, cuatro meses y veintisiete días. He olvidado el color del sol. He olvidado el olor del perfume de la chica que me gustaba por entonces, y que gracias a ustedes por tratarme de loco se alejó de mi. He olvidado el cómo se divierte uno en un campo, con un perro por detrás, como tu ángel guardián. He olvidado la risa de los niños jugando y el sonido de un llanto. Pero aquí he aprendido demasiado. Creen que estoy loco, pero yo se que no. ¿Qué saben ustedes de un loco, si llaman así a alguien que ama a una persona sin conocerla cara a cara? Ustedes, que tachan de loco a aquél que escriba una historia y entrega los folios en blanco, y preguntáis "¿y la historia? Están vacíos." Y los locos, no, no locos, incultos, son ustedes por no comprender que esa historia la escribe por y para cada uno de nosotros; la historia de nuestra vida, y la completamos día a día.
>>Déjeme que le diga algo:
Esa habitación ha sido mi tortura y mi vida. Ha sido todo en la nada que he tenido. Ha sido que ha visto mis lágrimas, y esas paredes ha sido lo único que me "ha consolado".
¿Me toman por loco? Bien.
El interruptor de la luz no está en el centro de la pared, está cuatro centímetros abajo. Hay trescientos cuarenta y seis losetas en el suelo. Tres partidas por la mitad, pegadas intentando disimular la raja, pero se aprecia. La que hay tres pasos a la derecha debajo de la ventana, la esquina noreste está suelta, suena y se mueve si pisas esa zona. La pared justo frente a la ventana, los diez primeros minutos que el sol sale, se nota el corte de la antigua pintura, se debe a la claridad. El suelo tiene una brevísima inclinación, no está recto.
Y usted, doctor, cuando está nervioso, como ahora, cuando alguien le deja en evidencia, le tiembla levemente la rodilla izquierda.
¿Siguen creyendo que estoy loco por haber visto algo allá arriba? Porque puedo decirles muchas más cosas que me juego mi libertad o mi prisión, a que desconocéis.
-Doctor, perdone que le interrumpa. - Alguien aparece, alguien que no habían visto hasta ahora, y susurra en el oído, pero que aun así, el joven acierta a escuchar - Han encontrado un pajarillo sobre el techo de su habitación. Se coló por una minúscula rendija, y el techo se mueve, en la esquina que él indicaba.
-Así que, se mueve... - el doctor no daba crédito - esa es la grieta.. el movimiento del techo. Y...y el pájaro, lo vio, apreció su movimiento en la penumbra... Asombroso...
-Doctor, igual no estoy loco. Igual es que tengo una mente mucho más desarrollada a la vuestra y tratáis de enfermo mental a quien ve algo diferente a lo que ve el resto. Ése es el problema de esta sociedad.
¿Mis cosas, por favor? Ahora quisiera marcharme a casa. Tres años fuera son muchos.
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