Querido diario...
Cada vez menos querido y por ello cada vez menos diario. No es que haya dejado de anhelar el fundirme con tu papel, que formes parte de mi piel. El problema es que he dejado de serme fiel. Me vendo al mejor postor. Parece que me he puesto precio, pero, siendo tan necio, no vi que casi me regalaba. No importa a quién ni por qué; siempre será mal y poco.
El mundo cada vez es menos mundo. La gente deja de ser personas, para ser sólo un ente, un cuerpo, pero faltos de mente. Pocos se salvan. Unos lo dan todo y otros nada. Unos luchan codo con codo. La mayoría sólo dan la vuelta a su almohada. Sólo se quejan del "qué sueño", pero de querer dormir más, no de soñar con aspiraciones como los demás.
Creo que he dejado de quererme, o quizá simplemente gasté mi amor de tanto usarlo. Tanto miedo de perderme, aposté tan fuerte por mi, que para mi suerte,sin saberlo, aún sigo siendo fuerte.
Aún tengo esperanza.
Esperanza en que todo se solucione. En que la nueva generación no se revolucione. Porque su revolución es en forma de papel. De papel y porro, no de papel y letras.
Catorce años y ya echados a perder, ¿dónde quedaron esos juguetes del ayer?
Aún confío en el cambio de mierdas a 'alguien', porque de seguir así, querido diario, no tendré tinta para escribir, sólo mis lágrimas llenarán estos folios.
Tú das, y haces, y crees. Pero todo sacrificio es en vano. El ser humano sólo reacciona cuando tocan el dinero de su mano.
Pero nos gusta errar. Equivocarnos.
El morbo de lo difícil, la fruta prohibida. Lo inalcanzable.
Como dice cierta canción, "y de tanto tropezar, al final la puta piedra va a acabar por pensar que soy idiota".
Espero aprender de mis fallos. Corregirme a mi mismo.
Voy a quererme.
Voy a quererte.
Voy a salir adelante.
Y todo a pesar de la puta gente.
Porque con una pistola apuntando al corazón, te piden perdón.
Pero la bala ya ha salido del cañón.
sábado, 28 de marzo de 2015
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