Digamos que es un folio más de mi diario inexistente, sólo que esta vez, ha habido una fuga en mis pensamientos.
A mis 23 años cumplidos hace poco, no tengo mucho que decirles.
El tiempo pasa, envejecemos, e intentamos vivir.
Lo intentamos porque no es fácil.
He sufrido "penas" al ver que gente que creía que estaría ahí, ni siquiera me ha enviado un mísero 'felicidades'. ¿Tanto cuesta? ¡Que estaba publicado!
No es el hecho de no recibir la felicitación, es el hecho del haberse olvidado, del no importarle lo más mínimo.
Por fortuna, mi vida a día de hoy, puede considerarse plena.
Tengo un trabajo, que no es poco. Tengo unos amigos, que cabrones como son, pero están ahí a buenas y malas.
Tengo una familia y gente que me quiere. Tengo sonrisas gracias a ellos.
Gente a la que quiero.
¿Qué más quiero?
¿Qué más se puede pedir?
Si un día llega gente, otro día se va... Pero al final importa los que permanecen.
De modo que, querido lector, querido yo, elimina las tristezas cuanto antes, mejor, cómete el mundo o te comerá a ti, y que sólo permanezca en tu recuerdo las sonrisas, y cuida a quienes te cuidan, que esos, ¡esos son los importantes!