domingo, 3 de abril de 2016

Aglomeración

Tengo tanto que decir que las palabras se aglomeran en mi garganta y me ahogan. Y es terrible esa sensación de faltar el aire y no poder respirar y todo porque las palabras no te salgan, a pesar de estar ahí.
Quizá lo primero que debería mencionar es lo bueno que soy en todas las variaciones. Pero claro... Ocultar mi parte negativa es otra mentira, intuyo. Y estoy muy lejos de ser perfecto. Así pues, ¿debería empezar por mis defectos?
Aunque esto puede suponer horas y horas de charla intensa e incesante.
Soy lo más imperfecto del mundo. De hecho, soy mi propio y peor enemigo. Y eso me asusta.
Podría pasar de describirme y dedicarme a todas esas sensaciones tan extrañas como ocultas.
Como el jodido miedo a mi mismo.
Mis inseguridades.
El qué dirán.
O el cuánto dolerá.
He de reconocer que soy más débil de lo que todo el mundo cree.
Hace no mucho me preguntaron si era nervioso y un familiar respondió por mi que no. Me dio que pensar que realmente me conocen muy poco, quizás es mi culpa claro, que no me abro.
Pero no, no soy tranquilo. Soy muy nervioso, pero sólo cuando hay que serlo y SIEMPRE para mi interior.
No me gusta asustar/alterar a los demás. Me lo callo y quito hierro al asunto de cara a los demás.

A fin de cuentas, yo sólo quería volver a sentir esa sensación de escribir y desahogarme aunque ni sé de qué.

Pido perdón a todos y cada uno de los que hayan sufrido por mi culpa y culpa de mis errores humanos.
Tengo mis dudas en la vida, pero jamás me quedaré en el suelo eternamente.
Caer y levantarme es a lo que me dedico.
Siempre en busca de una sonrisa, que si no me la pongo a mi mismo... ¿Quién lo hará?

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