viernes, 29 de agosto de 2014

Yo hablaré...

-Toc toc. ¿Hay alguien ahí?
...
-Lo suponía. Silencio y ausencia, como siempre.
...
-Igual algún día me dices algo. ¿Podrías, sabes? Siempre me dejas hablando solo.
...
-Joder. Eres como hablarle a una pared, sólo escucho el eco de mis propias palabras. Nunca me cuentas nada y eres como un libro cerrado. Vamos, háblame. ¿En qué piensas? 
Está bien. Si no me hablas, lo intentaré adivinar.
Siempre has sido callado y tímido. Las grandes situaciones prefieres pensarlas y plantarles cara a solas, encerrado en tu habitación. Y con tu música, ¿no? Ese rap que llevas todo el día y no lo dejas ni un segundo. Pero a solas, como decía, aunque no siempre se puede. Pero solitario. Siempre lo has sido. Quizá por ello des esa apariencia de seguridad y fortaleza. Nunca te has dejado ayudar en tus problemas. Ni siquiera los contabas, como ahora conmigo. Así que, a base de tragar tú solo con todo y tantos problemas, ahora das esa imagen. Seguro y fuerte interiormente, sí. Sólo hay que tratar cinco minutos contigo para darse cuenta de ello. Llevas la voz cantante, con bromas y animando a la gente.
Uhmm... Por tu mirada veo que no voy mal. Déjame seguir.
Los problemas te han hecho fuerte, así que, si dejas que un bolígrafo tome vida entre tus dedos, su significado siempre acaba siendo "los problemas existen, pero tienen solución. Sé fuerte." Esto también ocurre porque, en contra de todo pronóstico, las putadas y criarte solo, a ti no te malearon, todo lo contrario. Te hicieron alguien dispuesto a mirar por el resto antes de por ti mismo. 
Bien, esa media sonrisa indica un acierto más. ¿Sigues sin hablar? No importa.
Llevas toda tu vida sabiéndote expresar bien, no lo digo yo, queda mal (aunque lo creo). Te lo dice todo aquel que alcanza a leerte. Joder, has inventado una historia en tu blog y amigos de tus amigos se han viciado. En cambio, te cuesta abrirte a algo mayor para un público más grande, o a la cara. Por tu timidez, sí, lo sé. Pero, ¿cuántos folios has escrito y se han perdido en tu armario en una carpeta, tras rellenarlos de cosas maravillosas?
Deberías escribir más y dejarte leer. Comparte eso que tan bien haces.
Eres una mente inquieta. De eso no hay duda. No estoy en tu cabeza, pero ojalá leyera tus pensamientos. Ahora sé con certeza que por ellos sólo está la duda de cómo te conozco tan bien. Pero no. Esto es muy poco respecto a tus veintidós años. 
No eres fácil de conocer. No te dejas hacerlo a fondo. Es eso lo que rompería lo que eres. Mantener parte de ti en secreto es tu 'coraza de acero'.
¿Sigues ahí? Vuelvo a notar esa sensación de siempre, de que estás, pero ausente.
De que no importa qué se te diga, que tú divagas a miles de kilómetros. Allá por Suiza o Italia, que te encanta, siempre lo dices que quieres ir.
Sí, sigues aquí. Tú siempre estás. Ausente pero atento, no sé cómo lo logras.
¿Sigues estudiando? Sé lo tanto que te gusta un ordenador y no eres un genio, pero te manejas bien y ese grado superior te iría de perlas. Ahora te he hecho pensar en tu futuro, ¿no? ¿Trabajarás de ello? ¿No? ¿Cuándo empezarás a trabajar? ¿De qué? 
Ya sé que has buscado sin suerte, que te hace falta el dinero y bueno, para tus caprichos, que te encanta viajar. Te recorrerías el país, no hay duda. No me mires así, que lo sé, en tren. Con tu vértigo es difícil montarte en un avión, pero alguna vez debe de ser la primera. 
¿Ahora intentas zambullirte en tu piscina mental? Adelante, hay tiempo. Saldrás a flote y seguiré. Bucea, así vas a recordar a tu prima y sus carreras en el agua. La adoras, tu enana es de lo mejor que tienes. Esa pequeña rubia te llena de alegría y no es para menos. También tu madre, claro, jamás la olvido. Sí, tus amigos y tu hermano también están. 
¿Qué hay de ti? Eres lo mejor que tienes. Sin ti no hay nada, nadie. 
De ti hablaré luego. 
¿Del amor qué me cuentas? Aún esperando, ¿no?. Menuda paciencia la tuya. Oh, mierda.
Igual parte de tus malas rachas son por la añoranza de alguien a quien querer y alguien que te quiera. ¿Cuántos problemas habrían solucionado un beso seguido de un abrazo?
Sincero, obvio. Un abrazo de los sinceros, si no, no sirve para nada. 
Jamás has querido ni permitido algo por pena o conveniencia. Nunca te has precipitado buscando a una pareja, ni te has dejado llevar por la pasión ni ese aspecto golfo de los tíos. Eres de la visión fija en algo real, sincero y duradero. 
"Aún no te conozco y ya te quiero". Seguro que esa frase te caracteriza. Debe haber alguien por ahí. Alguien para ti. 
Ya de paso, recuerdo que te gustan los niños, ¿cuántos te gustaría tener? 
Seguro que ya tienes alguna idea. 
Si te conozco bien y me atrevo a decir que si, apuesto por una parejita. 
Quieres al futbolista que herede tu físico y tu afán de correr por un campo, recorriendo la banda. Pero también adoras la inteligencia femenina, su clara ventaja en la autosuficiencia, su cariño y entrega especial, algo hecho por ellas mismas. No podemos ganar en su terreno. Así que, creo que la parejita te simboliza. Esa inteligencia tuya, pero superada. Y ese muchacho bueno y deportista. 
Se te ilumina la cara si hablo de niños. Te encantan. 
Pero sigues siendo un misterio para mi y tu mente todo un mundo por explorar.
He contemplado ocasiones en las que quieres algo, lo puedes lograr, y no lo haces.
¿Por qué? ¿Miedo? ¿Aún temes a un 'no' o a fracasar? No puede ser. Tú no, por favor.
No puede ser que con tu forma de ser eso aún es un obstáculo. ¡Por favor, tío!
Tú, que todo lo puedes, tan fuerte y seguro. Tú que animas al resto a todo, ¿y no lo haces?
Así no se puede triunfar. ¡Atrevimiento! Eso falta. 
Y ahora tu rostro pasa de satisfacción a pena. 
Eres una jodida montaña rusa, demasiado sube y baja. 
Aunque sólo yo puedo saber eso. Sueles disimular bastante bien tus decadencias. 
Esa coraza de acero tuya, de sonreírle a la gente y sufrir en silencio.
Pero hoy te he pillado sin coraza. Quédate sin ella por hoy y cuando duela, deja que cicatrice. Una cicatriz es una experiencia vivida, y superada.
Vaya aspecto que tienes, no esperaba verte así.
Parece que protege la coraza, sí. Tus sentimientos a flor de piel y los notas como un cuchillo acariciándote.
Mírate, ¿acaso sabes qué quieres ahora? No sabes si reír o llorar. Observa tu rostro.
Ahora dudas: ¿miras o cierras los ojos? Mírame a mi y yo te describo.
La mirada al frente, los ojos bien abiertos.
Tienes muchas dudas sobre ti mismo, pero son vanas. Has de creer en ti, tienes que creértelo. Si quieres puedes, joder. Aunque no hables tu mirada ausente me vale para saber que no estás bien aunque quieras disimularlo. Ahora mismo en tus ojos sólo veo un campo de rosas marchitas. Un campo arrasado por el fuego. Un pájaro sin nido. Un arma sin blanco al que apuntar. Una persona sin techo, y un techo sin nadie para cobijar. 
¿Sigo?
En tus ojos no hay color. En tu mirada no hay la pasión que hipnotiza a quien los mira.
En tus ojos falta la pasión, la mirada cargada de fuerza que sólo mirar la gente sonríe y se viene arriba. Veo en ellos un niño triste porque se le ha caído el helado. Un niño que llora por el castigo de un padre desesperado. Veo otro padre que ha perdido de vista a su hijo. Una madre que llora por no poder tener bebés. Un cuerpo sin vida en una mente vacía. 
Veo un lago de tristeza. 
Un grifo abierto y que cada gota es un ápice de tristeza.
¿Quieres saber qué voy a ver?
Ah... Una mirada de intriga. Eso está mejor. 
Voy a verte a ti levantarte, mirar directamente a la luna (es tu cómplice de penas) y gritarle "NO. HOY NO". Vamos, grítalo. Una vez más, "HOY NO". 
Cierra ese jodido grifo. Sécate las lágrimas. 
Puedes, ¿vale?. Todo. Lo puedes todo. 
No olvides quién eres, ni a quién tienes. No olvides que sobre tu mente mandas tú. Tú decides tu estado. ¿Lloras o sonríes? Porque sollozando no ves lo alto que has puesto tu meta, y debes llegar a ella. 
Eh, eso está mejor. 
Das marcha atrás y tus ojos tienen otro color.
Si me pierdo en ellos veo el verde esperanza coloreando un campo donde el fuego no ha llegado y las rosas son bien rojas y bonitas. Un pájaro que invita a otro a su nido. Un arma que jamás se debe usar. Una persona que corre bajo la lluvia y llega a refugiarse bajo un techo con su nombre. 
Recuperas la sonrisa, me alegro. Es bonita. Ahora agrada mirarte a los ojos e hipnotizarme con su pasión. Me has hecho sonreír al mirarte. 
Me gusta el avance, el cambio. 
También en ellos veo a un niño que comparte su helado con otro al que se le ha caído. Veo a un padre contento que abraza a su hijo. Veo a un niño tras su padre asustándolo y riendo juntos. Una madre con gemelos, llorando de alegría por su suerte. Un cuerpo con más energía que nunca en una mente llena de vida. Una resurrección. 
Veo un mar de buenas opciones. 
El lago de tristeza queda muy atrás. 
¿Ves la diferencia?
Pues eres tú quien la marca. Sólo tú, nadie más. 
Eres dueño de tu destino, elígelo.
Bien o mal, ¿cómo quieres estar?
Bonita sonrisa y mejor elección.

Debo estar loco...
Hablando conmigo mismo ante un espejo. 
Loco o no, así funciono. Y hoy mi elección es vivir con plenitud, sonriendo -sin coraza- y siendo feliz. ¿Y vosotros, elegís como yo?

miércoles, 6 de agosto de 2014

Coraza de acero XI

-Atontao, reacciona. Espera, no jodas... ¿NO LO SABÍAS? - Sin quererlo Virginia había levantado la voz y se tapó la boca inmediatamente como si así evitase lo ya dicho.
-No... - Jose no daba crédito. Estaba descolocado. ¿Se podía tener peor suerte?
Dejaron las compras y fueron a una cafetería. Ahora mismo Jose necesitaba cafeína. 
-A ver, Virginia... Hasta hace nada seguía jodidísimo y muy pillado por Sara. Ella me dejó. Lo supuse, porque de la noche a la mañana dejé de recibir noticias, mensajes ni nada suyo. Tras unos días, una semana quizá, sus redes sociales fueron eliminadas, su número de móvil no existía... No sabía nada de ella y ahí acabó. Hace unos días conocí a Sandra. Hablamos, nos abrimos un poco el uno al otro, y nos hemos gustado. Ayer nos liamos y empiezo a olvidar un poco el pasado. Y ahora... Son primas. Voy a relacionar a la una con la otra, y no podré olvidarme de Sara, Sandra me recordará a ella. ¿Se puede querer a dos personas? ¿Se puede olvidar a tu primer gran amor, aunque el presente te la recuerde? 
-¿No la conocías entonces? Bueno, ¿y por qué no hablaste con los padres de Sara?
-Por algún motivo no querían conocerme, Sara prefería mantener las distancias, al menos, de momento. Eso me decía ella. No tengo sus números y es imposible contactar con ellos, no sé dónde viven.
-Hermanito... Estás jodido. Pillándote por la prima de tu antiguo amor, o no tan antiguo. ¿Le vas a contar algo de Sara?
-La odia...
-¡Hostiiia! ¡Más jodido aún! ¿Algo más? Pffjaja. Perdona, perdona. Pero... ¿Qué harás?
-A saber... No tengo ni idea, necesito tiempo. Debería decírselo, pero, ¿y si le sienta mal? Menudo lío. Sería un palo muy grande para mi ahora que empiezo a olvidar a una, que la otra también pase de mi.

La conversación no dio mucho más de si. No podía Jose reaccionar. Las compras se aplazaron, por supuesto. Ahora a Virginia le interesaba más el bien de su hermano, y eso ahora mismo, peligraba. 
Al llegar a casa, Jose no tenía hambre, se encerró en su habitación.
-Virginia, ¿te has peleado con tu hermano? No ha querido comer, y le veo mala cara. ¿Va todo bien?
-Sí mamá, es solo del tiempo, hacía demasiada calor y le habrá dado un bajón, no te preocupes, que todo va bien. 

Entre sus cuatro paredes, a Jose no le iba tan bien como su madre creía. Volvía a estar encerrado en su mente, sus problemas volvían a salir a flote. Parece que una vez más, le tocaría sacar del armario su "coraza de acero", y poner buena cara ante todos, y encerrarse a pensar en si mismo, en buscar su propia felicidad.
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