jueves, 21 de marzo de 2013

Confía en la luna

Y si estás mal, asómate a la ventana, busca la luna, y háblale.
Desahógate con ella.
No te hablará, ni te aconsejará.
Pero no se va, está ahí, mirándote a la vez que tu la contemplas a ella.
Cuéntale tus penas, quedárselo dentro no es bueno, ¿sabes?
Y si no tienes a quién decírselo, que sea a ella.
Deja que tus lágrimas, esas que tanto has luchado por contener, ahora, rocen tus mejillas.
Que entre sollozos seas capaz de hablarle.
Que debas limpiarte, parar de hablar, respirar, y seguir hablando.
Que la noche sea vuestra, solos, sin que nadie moleste.
Disfruta de la luna, tan bella y cercana, a la vez tan lejana.
Déjate ayudar, o al menos, saca lo que llevas dentro...
Ella nunca te defraudará.
Muchas noches me quedé yo hablándole, y aquí sigo...
Más fuerte que nunca. Porque sólo los fuertes ganan.
Y no por contar tus penas eres más débil...
Déjate ayudar, siempre.
Siempre habrá forma de seguir adelante.

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