Y allí estaba él, tumbado mirando su techo, esperando cualquier señal de ella.
La muchacha, sentada en su cama incapaz de dormir, esperaba a aquel, "su" chico.
Uno esperaba al otro. ¿Qué había pasado?
Se juraron amor, y se supone que se querían.
¿Qué problema hay?
Que los finales felices sólo existen en las películas. Ese es el problema.
lunes, 28 de abril de 2014
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