Estoy al borde de sentir mi cuerpo tiritar, y es por este frío que nada tiene que ver con la temperatura. No influye el sol o la noche. Influyes tú.
Y ahora sólo nos separa la frialdad de nuestro trato. Esas palabras tan frías que me atraviesan como esquirlas de hielo. Estas formas, esta indiferencia; como si el abismo helado que se interpone entre nosotros se agrietase y a pesar de verme a punto de caer, sujeto con mis entumecidos dedos, apartas la mirada y rehuyes mis ojos.
Y comprendo entonces que prefiero caer al vacío a que tu me lo hagas.
Prefiero mil veces el frío de quince grados bajo cero a este frío que me abraza al no escuchar tu te quiero.
'Donde duele inspira'. tú respira, por ti y por mi, que ya me quedo atrás, tan apartado como congelado.
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