viernes, 27 de junio de 2014

Coraza de acero IX

-Jose, yo... Yo quiero disculparme.
Tras besarse en la discoteca, Jose cogió a Sandra de la mano y se despidió, añadiendo acompañarla a casa. Todos opinaron que era la mejor idea. Ahora, caminando tras un momento de incómodo silencio, ella le dijo eso. 
-¿Tú? ¿Por qué? - Jose no lo entendía.
-Bueno, no debí... No debí haber bailado con él. Vine con vosotros y debería haberme quedado junto a ti y tus amigos. 
-¡Anda ya! Sólo ibas a bailar. A pasarlo bien. No has hecho nada mal.
-Si es que...Bueno...¡Me gustas! Y no te lanzabas. Quería ponerte celoso, intentarlo al menos...
-Parece que funcionó. Pero la próxima, simplemente, podrías haber dicho algo. Pedir o darme el beso. 
-¿Me das un beso?
-Y mil, si los quisieras.
Terminó la frase con sus labios pegados a los de ella. Fue un beso suave, corto, rozándose apenas los labios, hasta que ella le sujetó la camisa y le apretó contra ella, buscando la lengua con la suya para enrredarlas y quedarse así lo que les pareció una eternidad.
El camino de besos y abrazos les pareció bastante corto y antes de lo que querían estaban en el portal de ella. Parecía el fin de la noche.
-No me apetece subir aún. ¿Te quieres quedar? Aquí charlando, o ¿prefieres volver?
-Por nada del mundo me iría ahora de tu lado.
Sandra no sabía si se refería a que estaba a gusto con ella o era por miedo a que le pasara algo por lo ocurrido, aunque sólo estaba a unos cuántos escalones de casa. Pero sonaba tan bien que no le importó. Se sentó en el suelo, con la espalda apoyada  en los fríos ladrillos y con unos golpecitos le invitó a imitarla.
-Qué irónico todo. Quería un beso tuyo y casi me dan otro. Quería tu boca y a cambio casi te cuesta una pelea, cuando estuvimos a milímetros.
-¿Y si él te hubiera besado y te gustase? - Le asaltaron las dudas.
-Yo no me habría dejado, soy luchadora. Confiaba en que tu tampoco lo llegaras a permitir. Aunque me lo hubiera dado, no me habría gustado.
-¿Por qué Sandra? ¿Cómo puedes saberlo?
-Porque no eran tus labios Jose.

El resto de amigos habían abandonado la discoteca e iban todos juntos, a dejar a las chicas una a una en sus casas. Con el susto nadie quería arriesgarse.
Luis y Miriam iban rezagados, querían intimidad pero no apartarse del grupo.
-Muchas gracias por todo... - Ella apretó su mano, intentando contener las lágrimas.
-Por alguien como tú, esto es lo mínimo que podía hacer. - Luis sólo quería que le desaparecieran las lágrimas que a él le dejaban roto interiormente.
-No sé si llego a merecer tanto la pena...
-Déjame descubrirlo, conocerte.
-Será un placer, mi héroe.

jueves, 26 de junio de 2014

Ascenso

Un 5 de Junio del 2012 escribí esto:
http://elfondodemi.blogspot.com.es/2012/06/ccf.html

Un 22 de Junio, ocurrió el milagro. La ilusión. La esperanza nos llevó a lo más grande.
¡El Córdoba asciende a primera! 
La historia procedo a narrarla;
Las palmas 1-0 Córdoba. Nos vale un empate. Un gol y somos de primera. Minuto 91 y medio, 92. 
Los ultras estaban tan emocionados, no cabían en sí, que ocurrió algo impensable: Saltaron al campo antes de tiempo.
Los jugadores de su equipo, su entrenador, presidente y todo el mundo, les echaba del terreno de juego.
Fueron diez minutos de rarezas e incertidumbre. 
Deciden dejar seguir el juego. Balón en largo del portero Juan Carlos, alguien del Córdoba la baja, se revuelve, centra al segundo palo, Raúl Bravo remata como puede, despeje -malo y gracias a Dios- del portero palmense y, ULI DÁVILA remata. ¡GOOOOOOOOOOOOL! 
¡SOMOS DE PRIMERA DIVISIÓN! 

Poco más puedo decir. Han pasado ya cuatro días desde entonces, mi voz aún no me ha vuelto por completo de dejármela entre gritos y cánticos al Córdoba Club de Fútbol y sus jugadores. 
Nos han llevado a lo más alto, nos han dado la gloria. Y se lo merecen subir, y todo.
Gracias, jugadores. 
Gracias, afición.
Gracias, Lanchas por compartir esos momentos. 


viernes, 20 de junio de 2014

7 añitos

Se que vengo dos días tarde, pero, ¿qué importa? No lo leerás. 
O quizá te lo enseñe cuando seas lo suficiente mayor como para haber olvidado ese día, pero no lo bastante para haberme olvidado a mi.
El día dieciocho de Junio, mi pequeña, hiciste siete añitos. 
Estás enorme, pero eres especial. Eres la niña más cariñosa del mundo cuando quieres serlo, pero me ves, y te ríes, y huyes, te escondes tras la primera persona que encuentres, entre risas, por tal de que no te coja y te de un beso. Claro que acabas viniendo a mis brazos, a abrazarme, y darme un beso.
Te me haces mayor, enana, y ojalá nunca crecieras. 
Ojalá nunca tuvieras que ver el mundo tal y como está, y sigas siendo feliz en tu ignorancia.
-¡Vamos a jugar al escondite!
Tu tan inocente, siempre escondida en los mismos lugares y crees que paso de largo porque no te veo,y solo lo hago por hacerte reir, para que ganes, que si no, te sientes mal 
Ayer me hiciste el más feliz, enana. El acto era tan simple como estar tumbada sobre mi, con la toalla cubriendo tu húmedo cuerpo, diciéndome que tenías frío. Y te abrazaba, y te quedabas tan quieta, tan cómoda, que me hacías olvidar todo y sólo recordar cuánto te quiero.
-¿A que no encuentras mis manos?
Una y otra vez hacías lo mismo, esconderlas y hacerme cosquillas y yo, haciéndote creer que pensaba que era un bicho. ¡Y cómo reías! Que feliz eres en la inocencia. 
Feliz septimo añito, mi princesa. Estaré ahí año tras año, viendote crecer. Te quiero, mi primita, mi niña.

FCT

Otro ciclo acabado. 
Hoy 20 de junio, estoy a una hora de llevar un día con mis prácticas en empresa acabadas.
Se me hace raro, estar escribiendo en mi casa, y no allí.
Han sido tres meses en ese mismo despacho, ante el mismo lento y desesperante ordenador.
Desde los primeros días, ansiaba el día de acabar. Las horas se me hacían eternas.
No era las prácticas deseadas, ni lo han sido al final. No me he llevado grandes aprendizajes como cabe esperar en prácticas, eso, por supuesto, lo echo y lo echaré en falta. 
Trabajo que me encargaban que acababa en diez minutos, y el resto de la mañana, lo tenía libre, pero a veces, tanta libertad y tiempo libre, agota más que el movimiento constante.
Agota la mente. ¿Qué hago ahora? Era la pregunta que me rondaba constantemente.
Miraba el reloj una vez, y otra. Y aún no llegaban ni las diez. -Otro día más desesperante-, pensaba.
Pero ahora, quién me lo iba a decir, lo extraño. 
Al acabar, allí estaban esas tres maravillosas personas que mejor se han portado conmigo.
-Alejandro, que ya acabas.
Esas fueron las primeras palabras de nuestra despedida.
Me hicieron sentir bien, a la vez que mal. Una despedida siempre es eso, un casi seguro adiós.  Y a mi, al menos, me entristece. 
Besos, agradecimientos, sonrisas (luego habría tiempo para la tristeza) e infinitos ¡que te vaya bien, y suerte! 
Voy a extrañar la rutina. Apagar mis alarmas, desde las 6:45 hasta las 7:15, y vestirme corriendo, lavarme la cara, y salir a paso ligero hacia el autobús. Cogerlo a y 34, llegar cerca de y 50, y andar esos 8-10 minutos (según tuviera la mañana, y fuera más deprisa, o menos). 
Llegar a las 8:00 en punto, no me gustaba ser impuntual, cuando siempre lo soy en las citas.
Saludar a Cari, dirigirme a mi despacho. Encender el Pc, mirar su correo, y empezar a entretenerme con cualquier cosa. 
Puede ser aburrido, sí, pero la rutina se acostumbra uno, y la añora. 
Al menos, me quedo con lo bueno. Tres meses después, mis prácticas han acabado, y con ello,  obtengo mi título de Grado Medio como informático. Nada mal, ¿eh? 

Con esto, sólo quería un desahogo, un comentaros que, hasta lo más aburrido, repitiendolo cada día, se puede acabar echando de menos.

miércoles, 11 de junio de 2014

Coraza de acero VIII

Ellos ya estaban allí puntuales esperándolas. Entre risas, unos a otros se avisaron, giraron, silbaron y se quedaron mirando a las chicas. Cada cuál iba más guapa, pero ganaba en recibir miradas Sandra. Ella sonreía. 
  -Puta. Todos te desean. - Su amiga se lo recordaba una vez más entre risas.

  -Cabrón con suerte. Ha venido así para ti. - A Jose también se lo tenían presente. 

Llegaron a su altura, volaron los piropos y todos se saludaron con dos besos. Sandra saludó a Antonio, Jaime, Pablo, Luis y Jose, en ese orden. Con éste último se entretuvo más, se estrechó entre sus brazos y los besos fueron muy cerca de la comisura de los labios, con una sonrisa cómplice y especial por parte de ambos. 

Fueron entrando y el ambiente era muy bueno. Reían juntos, bebían, bailaban. 
Jose y Sandra ya habían compartido más de un baile juntos, alguno demasiado sensual, y varias conversaciones íntimas. Pero nada más. 
Miriam apareció de entre la multitud, se excusó con Jose y se llevó a su amiga a la barra, a por algo de beber. De camino charlaron qué tal iban las cosas. 
Sus amigos también se interesaban y el chico les respondía sin apartar la mirada de ella desde lejos. Observó a dos tíos hablarles cerca del oído, darles dos besos a cada una, y sacarlas a bailar. A pesar de esos celos no lo podía impedir, y menos cuando Laura se enganchó a él y empezó a moverse. Se dejó llevar por la música y le siguió el ritmo. Ella casi babeaba y estaba ensimismada por su simpatía, pero sabía que era 'propiedad privada' así que se contentaba con bailar y con ello como excusa, acariciarle por donde pudiera, sin ser descarada. 
Laura levantó la mirada sobre el hombro de él y vio a Sandra siendo agarrada de la cintura por su acompañante e intentándola besar mientras ella se resistía como podía. Laura avisó a Jose que, al ver la escena, corrió hacia ellos. De un empujón apartó al tío y la situó detrás de él.
-Déjala en paz. - Su mirada amenazaba más que su voz. 
-Ya ha pasado de ti, hermano. No os he visto ni besaros. Ahora me toca intentarlo.
-Ni te atrevas.
-¿Me lo vas a impedir tú, gilipollas?
-Igual nosotros sí. - Jaime se interpuso entre ellos. Aquél bicho de metro noventa y cuerpo de guardia de seguridad obtenido a base de gimnasio asustaba. Antonio estaba a su lado. No era tan alto ni esbelto, pero igualmente intimidaba. 
Jose preguntaba, ajeno a aquello que no ocurriría nada, a Sandra si estaba bien. Ella temblando le decía que sí. Se abrazó a él, y entre sollozos, no dejaba de agradecérselo.

Luis y Pablo, con dos amigas de ellas a sus espaldas y el aviso de éstas de que no veían a Miriam y estaba con el otro amigo del individuo, la buscaban. Le encontraron pegada a la pared en una zona más oscura. El muchacho tenía y movía una pierna entre las de ella y le besaba el cuello mientras le agarraba las manos. A medida que se acercaban vieron sus lágrimas. Luis aceleró el paso, agarró y tiró hacia él desde el hombro a ese imbécil y acto seguido le lanzó un puñetazo hasta su nariz y otro a la boca del estómago, dejándolo tumbado y sin poder respirar. 
Natalia ya abrazaba a su amiga. 
Pablo agarrando al tipo de la camiseta lo arrastraba fuera de allí. 
Luis fue a por Miriam, le secó las lágrimas y se interesó por ella, lleno de cariño y ternura. No había ni rastro de la furia de hace unos segundos. Pidió agua a Cristina y ella se fue llevándose a Natalia.
-Estoy bien...No ha llegado a más... Gracias...
-Ya todo va bien...Tranquilízate...

En ese mismo momento, en los extremos opuestos de la misma discoteca, Jose rodeaba con su brazo la cintura de Sandra y ella acariciaba su mejilla, cada vez más cerca.
Luis se separó de Miriam para mirarle, sonreírle y ver cómo ella le devolvía la sonrisa, acercándose lentamente a su boca.
Y las dos parejas se besaron a la vez.

martes, 10 de junio de 2014

Coraza de acero VII

Cada uno estaba ya preparándose para lo que esperaban un sábado especial. 
Jose había elegido una camisa que apenas tenía un par de detalles; alguna palabra y un símbolo en la espalda. Pero era bonita y encajaba genial en su cuerpo. Le quedaba algo ajustada, pero no en exceso. No le gustaba ir pareciendo uno de esos fans del gimnasio o que creyeran que presumía de ello, cuando el hecho es que ni se ejercitaba de esa forma. Cuidadosamente seleccionó un pantalón vaquero que vio algo más elegante que el resto, aunque no diferenciaba mucho por su poco tacto a la moda. 
Tras limpiar a conciencia dos veces seguidas sus zapatos, se abrochó los cordones y se dirigió al espejo. Una vuelta sobre si mismo, y se vio bastante bien. Sonreía mirándose. Se sentía seguro. Se sentía bien. 
Fue hacia su cajón, abriéndolo lentamente. Dudaba entre la multitud de sus colonias mientras paseaba la mirada por sus preferidas: Diesel, One Million, PlayBoy, Pacha y Calvin Klein.
-Espero que sea como todas en este aspecto - Pensó en voz alta y yendo a lo seguro, dejó que el aroma de One Million se uniera a él. 

Sandra estaba recién duchada, con la toalla cubriéndole desde el pecho hasta los muslos y otra envolviendo su húmedo cabello. Frente a ella la cama estaba llena de vestidos. Mujer y mucha ropa es sinónimo de muucho tiempo y un pase de modelos. 
Acabó decantándose por uno azul eléctrico que realzaba el azul de sus ojos. De su cuello colgaba un collar pequeño y discreto, pero hacía que no se sintiera tan 'desnuda' al mirarse en el espejo y verse. En primera plana su collar, entre la V de su escote; no demasiado grande pero sugerente y sexy.
Tenía un cuerpazo, por lo que decidió lucir sus piernas torneadas y no usar medias, lo que producía que a cada paso que daba sintiera la tela del vestido rozarle a medio muslo, y le agradaba. 
Unos bonitos tacones y su larga melena por su espalda, salvo algunos tirabuzones que ella misma se había hecho y le hacían cosquillas en sus hombros, y casi había acabado.
Unas gotitas de su mejor perfume y lista para ir a por todas.

miércoles, 4 de junio de 2014

Coraza de acero VI

Llevaban varios días hablando. Se gustaban, aunque no lo notasen o no quisieran reconocerlo, por ser demasiado pronto aún. Compartían el mismo miedo en secreto: No excederse demasiado hablando. Ninguno quería hablar de más por no aburrir al otro, pero era todo lo contrario pues ambos reían y seguían hablando. 
-¿Por qué no salimos este fin de semana? Con nuestros amigos, unir ambos grupos. Igual alguna parejita cae.
-Jaja. Lo propondré. Hazlo tú también. 

Al rato confirmaban el agrado de sus respectivos amigos y que ese finde se verían. La misma manera en la que se conocieron, sólo que ahora, iban un paso más allá y los dos pensaban y deseaban, que esa parejita, ojalá fuese ellos.

-Luis, ¿crees que podría pasar algo?
-¿Me vacilas? ¿Cuándo se te ha resistido alguna?
-Capullo, hablo en serio. Ya sabes que desde lo de Sara... Eres el único que sabe que no he tocado a ninguna otra. Es la 'primera'.
  Por supuesto, le había contado toda la historia a los pocos días de hablar más en serio con Sandra. Luis le había confesado que algo imaginaba por su comportamiento, y llegaron los comentarios de `tuviste que haber confiado más, y haberte apoyado en mi´, `¿por qué no me dijiste que me notabas raro?´. Pero nada grave.
-En serio, inténtalo. Te lo mereces y ya vale de torturarte. Debes ser feliz. 

La respuesta fue un simple pero sincero abrazo.

-¿Estás loca? ¡Está buenísimo! ¡Lánzate! - Su amiga reprochaba a Sandra.
-No sé... Igual no está seguro, o me rechaza como a ti y me quiere como amiga.
-Pero tú eres mucho mejor que yo; más guapa, buenorra, y no has ido cual loba a su cuello como yo hice, si no que le conoces algo más. 
-Bueno, veremos cómo va la noche, lo primordial es disfrutar.

En el fondo deseaba intentarlo y no ser rechazada.

lunes, 2 de junio de 2014

Ciao Feria 2014

Y lo bueno se acaba. Toca decir 'Adiós, Feria 2014'.
Aquí, que nos hemos juntado familia y amigos. Amigos de amigos.
Que nos hemos emborrachado y hemos visto borracheras.
Que se afianzan aún más los lazos que ya hay. Que los grandes sabes que nunca dejan de sorprenderte.
Que ves a gente; a tu vecina en la feria de fiesta, ¡manda huevos Veci! Y a la malagueña, qué trabajito nos ha costado encontrarnos después de todo. Pero mereció la pena, ¿eh? Ya sabes que te debo una visita a la playita. Habrá que ir, no se puede hacer ese feo.
A los que han estado ahí fieles, agradeceros lo grandes que sois; Marta y Nuria, esas compañeras de feria leales. Javi, ¡qué enorme! Poco puedo decir de ti, si has acabado siendo el mejor demostrando estar ahí siempre y para todo.
Sólo me queda agradeceros a todos el habernos visto, haber reído, bailado, bebido.
Ese botellón, en el que un sorprendente Benitez, que apenas tiene relación con nosotros (o al menos, poca conmigo) va, y suelta:
-Un aplauso para este muchacho y su blog.
ESE JODIDO MOMENTO. Qué afortunado me sentí de rodearme con todos vosotros.
Ese portero y su coña, de:
-DNI, por favor. ¡Eh, pero si estás ya hecho un tío! (Tengo casi 22 años, ¿ok?). 
Todos esos momentos son irrepetibles, inolvidables. 
Haceros saber que me hacéis ser "grande" (en el sentido de la palabra... Sobran chistes, hijos de puta)
Y que os quiero. Que repetiría una y mil veces esta feria, desde juntarnos 10 personas, hasta los 4, 3, y 2 que hemos estado solos allí.
Hasta el año que viene, feria.
Hasta dentro de poco, cracks.





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