lunes, 29 de diciembre de 2014

Coraza de acero XII

Un seco hola por parte de ella al llegar sacó al joven de sus pensamientos más profundos. No estaba ya preocupada, así que sólo se le notaba el enfado y, si se le miraba bien, se veía tristeza, aunque de forma más disimulada.
-¿Entramos? - Jose estaba nervioso, se le notaba a leguas.
-Sí, mejor.
Cual caballero él le sujetó la puerta mientras ella entraba y elegía una mesa. Buscó la más alejada de todo el gentío del bar y esperaron para hablar hasta tener delante sus consumiciones: cerveza para él, Nestea para ella.  
Sandra levantó una ceja con incertidumbre mirándolo. Él, que no le pasó desapercibida aquella mirada, agarró el botellín y de un trago bebió poco menos de la mitad. Lo iba a necesitar.
-Esto no es fácil.
-Ya te cansaste de mi, ¿no? No es tan difícil.
-¿Qué? ¡¡NO!! – Levantó la voz, pero entre la multitud no se notó. - ¿Recuerdas el día de las compras, con mi hermana? Resulta que… Yo no lo sabía. Prometido, me lo dijo ella. Que mi ex, Sara…
Dejó de hablar. Dio otro sorbo a la cerveza. Su mano temblaba.
-¿Ha vuelo y estás hecho un lío, entre ella o yo? O que directamente no sabes cómo dejarme por ella. - Lo intentaba adivinar, ya que él no podía o no se le veía animado a seguir.
-Es tu prima. – Una tercera vez que se llevó la cerveza a los labios y ya la había acabado.
Sandra palideció. Él siguió hablando, ya que ella no sabía cómo reaccionar.
-Aquél día en la fiesta que os conocisteis mi hermana y tú, la chica que hizo la fiesta se lo comentó. El hermano de ella, que estuvo liado contigo conocía tus apellidos, y por mi hermana nos conocía a mí y a Sara. Vuestro apellido coincidía. Indagó un poco y por Internet todo se sabe. Así que, tu odiada prima… Es mi ex. La chica por quien tanto he sufrido. La que tú empezabas a hacer que olvidase. Ella nunca habló de ti ni tú de ella, así que hasta ahora no he sabido de vuestro parentesco. Estos días he estado fatal por miedo a que cuando lo supieras decidieras pasar de mí. No sabía tu reacción, no sabía que pensarías o qué dirías. Por Dios, ¡dime algo!
-Que lo estoy flipando. ¿Por qué cuando empiezo a ser feliz, esa zorra aparece en mi vida, de una forma u otra?  Escucha, te llamaré. Dame tiempo. Porque más que otra cosa, me ha jodido que no hayas dado la cara desde primera hora, no tienes ni idea de qué asustada he estado por ti, capullo.
-Pero, entiéndeme…
-Ni una palabra más. Ya hablaremos.

Una vez más, sólo las cuatro paredes de su habitación eran cómplices de sus lágrimas, preguntándose de qué servía realmente ser buena persona, ya que todo le salía mal.
Sacó la cajita de entre sus montones de ropa del armario, la abrió y miró dentro. Un pensamiento muy rápido voló por su mente; coger el cuchillo y hacer lo que tiempo atrás hizo su padre: suicidarse. Pero el pensamiento tal como vino, lo desechó. Guardaba ese cuchillo como motivo de que nunca se rendiría ante nada, que el suicidio es la forma fácil de acabar con todo siendo un cobarde. Para ti todo acaba, pero es el primer día del resto de su vida de dolor para quienes te rodean. Cerró la caja y la guardó. Nada le iba a parar. Jamás iba a tirar la toalla. Podría sufrir, pero nunca rendirse. Agradeció a su padre su cobardía, pues le enseñó el mejor ejemplo que pudo darle: cómo no ser.

Se secó las lágrimas y llamó a su amigo para tomarse una cerveza.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Frialdad

Estoy al borde de sentir mi cuerpo tiritar, y es por este frío que nada tiene que ver con la temperatura. No influye el sol o la noche. Influyes tú.

Y ahora sólo nos separa la frialdad de nuestro trato. Esas palabras tan frías que me atraviesan como esquirlas de hielo. Estas formas, esta indiferencia; como si el abismo helado que se interpone entre nosotros se agrietase y a pesar de verme a punto de caer, sujeto con mis entumecidos dedos, apartas la mirada y rehuyes mis ojos.
Y comprendo entonces que prefiero caer al vacío a que tu me lo hagas.

Prefiero mil veces el frío de quince grados bajo cero a este frío que me abraza al no escuchar tu te quiero.

'Donde duele inspira'. tú respira, por ti y por mi, que ya me quedo atrás, tan apartado como congelado.

Ciutti

-El rodaje ha sido la hostia. Pero me tiene sorprendido no haber visto a nadie aún en el pueblo. Ciutti, mientras recogemos, ¿por qué no vas a buscar dónde comprar la cena?

<<Ciutti>>
Me gusta como suena. 
Ha sido mi personaje, tiene lógica que me guste, así que este fin de semana todos me llaman así.
Ante la propuesta del productor asentí y empecé a caminar. La noche empezaba a caer y  no conocía el pueblo, por lo que fotografiaba bonitos paisajes y escenarios. Tengo un pequeño fotógrafo en mi interior y estaba aflorando en estos momentos. Foto aquí y allá.
Entre pasos y fotos llevaba ya más de media hora desde que partí. Había recorrido bastantes calles y no me había cruzado con nadie. ¿Dónde está todo el mundo?
Cuando la idea de encontrarme a oscuras entre los callejones desconocidos revoloteaba en mi cabeza, las farolas se iluminaron tenuemente.
Giré sobre mí mismo, mirando todo cuanto me rodeaba. Acostumbrado a la ciudad, esto era un pequeño paraíso: Calles largas y estrechas, flanqueadas por farolas a distancia. Tal distancia que casi te sumes en la oscuridad antes de llegar a la próxima. Mantiene la iluminación pero sin abusar, por ello, podía levantar la vista y ver el cielo repleto de estrellas. Sin coches por las carreteras, sin basura. Cada casita adornada por un sinfín de flores de la más amplia gama de colores.
Tan ensimismado estaba, que el vibrar de mi móvil en el bolsillo me sobresaltó:
- No me jodas que éste pueblo fantasma te ha absorbido a ti también. - Uno de mis compañeros me escribió por WhatsApp.
Aquí no hay nadie. Es todo rarísimo.
- Vuelve, porque me está dando mal rollo.
- Ahora te veo.

Muy rápido dije eso. Lo cierto es que estaba perdido. 
¿¡Hola!?
Grité. Tanto silencio y misterio no me gustaba. Repetí el proceso de gritar, ya no por los extraños habitantes, si no por mis compañeros y poder reunirme con ellos.
A cambio de mi tercer grito recibí de respuesta una extraña risa.
- Venga, no jodáis con la bromita.
La luz bajo la que andaba titiló. Un segundo de oscuridad, y de nuevo luz. Lo primero y único que vi fue una silueta ante mí. La luz volvió a parpadear. En un segundo la luz nuevamente volvió. La silueta ya no estaba. No había nada.
- ¿¡Qué cojones!?
Si querían asustarme: lo habían logrado. Corrí. Sólo se me ocurrió correr. Si querían reírse, adelante. Pero no era yo quien corría, era mi cuerpo quien mandaba.
Una suave brisa por la velocidad azotaba mi cara.
Un susurro rozaba mis oídos: “Ciutti…”
Más corría aún.
Las farolas se apagaban a mi paso.

Cuando me ardía el pecho y me flanqueaban las piernas paré de correr.
Y la puta risa seguía sonando.

Llamé uno a uno a todo el equipo y todos los teléfonos estaban apagados. Hijos de puta.
Para colmo empezó a llover. Suele gustarme, pero ésta vez no, todo me molestaba. El frío agua empapaba mi ropa y me calaba.
La calle estaba oscura al completo y mi peor opción era quedarme quieto. Así que me moví. Rozando las paredes con la yema de mis dedos para saber por dónde moverme, me detuve un segundo. Creí distinguir algo en la pared de enfrente, y pude descubrir qué era cuando un rayo iluminó justo donde mi mirada estaba fija.
“Ciutti… Sólo quedas tú.”
Estaba escrito con sangre.

Igual no era una broma. Quizá les había ocurrido algo a mis compañeros, que también se habían ganado el sobrenombre de amigos. Mi excitación y preocupación, tal como mi miedo, creció.
Me moví con rapidez, no sabía ni a dónde, pero necesitaba estar en movimiento. Cansado de ir en línea recta, me moví en zigzag entre las calles, hasta que salí a una plaza. Una fuente, sin agua, pero me era familiar. ¡Sí! Ahí hemos rodado. De ahí fuimos a…
Me giré, orientándome, hasta topar con el último lugar donde dejé al resto. Y seguían allí, pero tirados en el suelo. Corrí hacia ellos, pero me paralicé ante sus cuerpos sangrientos. No, no era una broma. Me abandonaron las fuerzas. Rompí a llorar y caí de rodillas. Mis lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia.
¿Qué había pasado?
¿Podía ocurrir algo peor?
Aunque, mirándolo por el único punto positivo que había, yo seguía vivo.
Por poco tiempo.
Alcé la cabeza, para ver una nube de humo. ¿Fuego, pese a la lluvia? Pero la lluvia ya hacía un rato que había dejado de caer y el humo se intensificó.
Giré la cabeza hacia un lado, y luego hacia el otro. Y miré a mis espaldas.
Humo por todas partes, y se acercaba a mí, arrasándolo todo, extendiéndose de casa en casa, haciendo un cuadrado conmigo en medio.
- Supongo que éste es mi fin. – Dije para mí mismo, apenado, sin saber qué había ocurrido, sin haber dicho un te quiero a mi familia.
Notaba el calor de las llamas ya abrazándome.

Y me desperté.
- ¡Ciutti! ¿Estás bien? - Alguien me zarandeaba y me llamaba a gritos.
Lentamente abrí los ojos, me los froté y distinguí a todos los miembros de rodaje. Me sujetaba el productor, gravemente preocupado por mí.
- Estoy… Estoy bien. ¿Qué ha pasado? – Poco a poco volvía a la realidad, aturdido.
- Te has desmayado. Acabamos las secuencias y te sugerí que fueras a buscar algo de cena mientras nosotros recogíamos todo esto.
- ¡Y una mierda! Yo de aquí no me muevo.

Nadie entendió por qué dije eso. Sin más, empecé a reír y a contar lo sucedido. Todos se unieron a mis risas y decidimos no separarnos, sólo por si acaso…



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Ciutti: Personaje de la obra 'Don Juan Tenorio'.

Éste texto está escrito por y para mi gran amigo Rafa Blanes, ya que él me ha inspirado para hacerlo.
Le menciono como Ciutti porque en la obra, él le representó. Y me encantó como lo hizo, por cierto.

jueves, 6 de noviembre de 2014

-Escribe

-Escribe.
La voz áspera y cortante acojonaba a cualquiera. Directa y casi en un grito no daba lugar a ninguna réplica.
El frío cañón de la pistola presionaba mi nuca. Yo temblaba de miedo.
No sabía cómo había acabado en esa situación: me obligaba a escribir, cualquier cosa, esperando algo que yo no podía ni entender, ni lograr. Pero no tenía alternativa. Dejé resbalar mis dedos con el lápiz por el papel. Ante su atenta y fría mirada de hielo, aterradora, cerré los ojos y las letras salían solas.
Una imagen se formaba en mi mente y automáticamente se traducía en tinta, en palabras.
Resoplé como si así mi miedo pudiera disiparse, pero mis manos seguían temblando. Con un profundo suspiro puse el punto final del texto.
De mi puño y letra había una perfecta descripción de una chica.
Seguía con los ojos cerrados pero aun así, noté cómo algo sucedía.
Sin verlo, lo notaba. Creyó que lo que escribiese podría hacer magia, y parece que así estaba sucediendo.
Todo cambiaba.
El frío metal en mi nuca era ahora la calidez de unos tiernos y carnosos labios descansando en la misma zona. El pelo largo y ondulado acariciaba mis hombros. El temblor que sentí era el latido acelerado de mi corazón.
La descripción del papel era la chica que tenía detrás, abrazándome.
La magia no era otra que el poder de nuestra imaginación.
Y mi mente quería tenerla a ella.
-Escribe.
Lo que antes era una obligación, ahora era un susurro ardiente de deseo. Una voz tranquila, incitando a querer seguir escuchándola.
Yo, como siempre, deseaba complacerla.
Abrí los ojos. Y aquellos dulces ojos marrones, enfundados tras las gafas se perdían en mi mirada, transmitiendo la calma que necesita cualquier persona del mundo.

viernes, 24 de octubre de 2014

Volar

Cerré los ojos un instante. 
Juraría que lo había hecho hacía un segundo, pero mi cuerpo y mi mente ya no eran uno. Mi cuerpo estaba por ahí, no sabría decir dónde, pero mi mente se había desprendido y volaba. Ese vuelo en el que recorre kilómetros en segundos. 
Ya conocía esa sensación, había vivido lo mismo una y otra vez anteriormente y me resultaba familiar. Hasta ahora, todas las veces eran de igual forma. 
Jamás he descifrado ningún paisaje y a pesar de mi vértigo, esos viajes, esos vuelos eran sensacionales. No es el volar o el a dónde; es el sentir que flotas, que te elevas sin importar tu peso y ligero como una pluma te desplazas de aquí a allá. 
Conmigo siempre vuela mi familia y mis seres más queridos. Lo mejor de lo mejor a mi lado, como si yo fuese el líder de una manada. En el cielo era el rey. El sol parecía esconderse para dar paso a una gran y reluciente luna, a sabiendas de que prefiero la noche. Ante ella, nosotros tan pequeños podíamos hacernos pasar por estrellas apagadas; o muertas por ser un amor no correspondido. 
Podía rozar las nubes con la yema de mis dedos y embriagarme de su agradable y dulce olor. 
No había espacio para el dolor, arrepentimiento, culpas, enfados, heridas o algún otro malestar. 
Piensa en el amor sincero y mutuo de la pareja. El placer de la comida más exquisita que puedas saborear. La euforia de estar en primera fila en el concierto de tu vida. El hacer eternos a los abuelos. 
Piensa en la felicidad máxima. 
Eso sentí al volar en mi sueño.
Volar era mi billete a la felicidad.

Y entonces, abrí los ojos y recordé cómo volé. Recordé que para mi volar es tan simple como tenerte a mi lado, agarrando mi mano y sonriéndome. 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Diferentes

Hoy, he tenido un examen. En él me han puesto un texto, y en resumidas cuentas, quería decir que un hombre tenía "miedo" (no como tal) por su hijo pues, él siendo pequeño, prefería jugar con barbies, saltar a la comba y colores rosados. El hombre se expresaba como liberal y que no le importaba la orientación sexual de su hijo, pero sí que tenía cierto temor pues a edades tempranas, el mundo, los niños, son crueles.
Hace una pequeña reflexión al final en la que viene diciendo que, "si todos somos diferentes, nadie lo es" y que ya está más tranquilo pues en diferentes coles, en las calles, etc, hay niños negritos, chinos, etc.

Bien, a lo que iba. Una pregunta de examen era:
-Redacta un tema argumentativo o juicio crítico partiendo de la siguiente afirmación del texto: "Si todos somos diferentes, nadie lo es"

Esta ha sido mi respuesta:
Voy a criticar el tema "si todos somos diferentes, nadie lo es", y voy a hacerlo porque (dentro de la justicia de la frase) es una injusticia. ¿Quién marca que alguien de color es diferente a los blancos? ¿Y si los diferentes somos nosotros? ¿Y en China, todos ellos, o nosotros, quién es el diferente entonces? Me enfada que, sólo porque 'entre los nuestros' haya alguien de otra raza, idioma o sexualidad ya es tachado de diferente. 
Para esa gente con esa mentalidad, os hago una pregunta: 
Entre un chino, un negro, un homosexual y "tú", ¿Quién es el diferente?

lunes, 1 de septiembre de 2014

Locos...

-Simplemente, sé que en aquella alta esquina del techo, en aquella minúscula grieta, algo se movió.
-Pero, ¿cómo es eso posible? Hemos explorado el techo, ni con luz, apareció esa grieta. ¿Cómo pudiste verla en la oscuridad?
-Me tienen día y noche encerrado en esa habitación, con todo el respeto, permítame decirle que quienes han mirado, si es que lo han hecho que lo dudo, han mirado por mirar, por cumplir. No a conciencia en busca de algo.
-Joder, si está loco, ¡como para no tenerle encerrado! - Una voz detrás de ellos dos, gritó.
-¡Por Dios, cállese! Que alguien lo saque de la habitación. Disculpa, pequeño. No le hagas caso, nadie te encierra por loco.
-¿Puedo dudarlo? ¿Por qué entonces?
-Ya sabes que a veces dices cosas sin sentido, carecientes de cohesión. Al menos, para nosotros.
-Y una mierda, doctor.
-El tema es que en tu habitación no se ha encontrado nada.
-El tema es que no tienen ni puta idea de esa habitación. ¿Sabe cuánto llevo en ella? Tres jodidos años. - Soltó un largo y cansado suspiro y prosiguió hablando - Tres años, cuatro meses y veintisiete días. He olvidado el color del sol. He olvidado el olor del perfume de la chica que me gustaba por entonces, y que gracias a ustedes por tratarme de loco se alejó de mi. He olvidado el cómo se divierte uno en un campo, con un perro por detrás, como tu ángel guardián. He olvidado la risa de los niños jugando y el sonido de un llanto. Pero aquí he aprendido demasiado. Creen que estoy loco, pero yo se que no. ¿Qué saben ustedes de un loco, si llaman así a alguien que ama a una persona sin conocerla cara a cara? Ustedes, que tachan de loco a aquél que escriba una historia y entrega los folios en blanco, y preguntáis "¿y la historia? Están vacíos." Y los locos, no, no locos, incultos, son ustedes por no comprender que esa historia la escribe por y para cada uno de nosotros; la historia de nuestra vida, y la completamos día a día.
>>Déjeme que le diga algo:
Esa habitación ha sido mi tortura y mi vida. Ha sido todo en la nada que he tenido. Ha sido que ha visto mis lágrimas, y esas paredes ha sido lo único que me "ha consolado".
¿Me toman por loco? Bien.
El interruptor de la luz no está en el centro de la pared, está cuatro centímetros abajo. Hay trescientos cuarenta y seis losetas en el suelo. Tres partidas por la mitad, pegadas intentando disimular la raja, pero se aprecia. La que hay tres pasos a la derecha debajo de la ventana, la esquina noreste está suelta, suena y se mueve si pisas esa zona. La pared justo frente a la ventana, los diez primeros minutos que el sol sale, se nota el corte de la antigua pintura, se debe a la claridad. El suelo tiene una brevísima inclinación, no está recto.
Y usted, doctor, cuando está nervioso, como ahora, cuando alguien le deja en evidencia, le tiembla levemente la rodilla izquierda.
¿Siguen creyendo que estoy loco por haber visto algo allá arriba? Porque puedo decirles muchas más cosas que me juego mi libertad o mi prisión, a que desconocéis.
-Doctor, perdone que le interrumpa. - Alguien aparece, alguien que no habían visto hasta ahora, y susurra en el oído, pero que aun así, el joven acierta a escuchar - Han encontrado un pajarillo sobre el techo de su habitación. Se coló por una minúscula rendija, y el techo se mueve, en la esquina que él indicaba.
-Así que, se mueve... - el doctor no daba crédito - esa es la grieta.. el movimiento del techo. Y...y el pájaro, lo vio, apreció su movimiento en la penumbra... Asombroso...
-Doctor, igual no estoy loco. Igual es que tengo una mente mucho más desarrollada a la vuestra y tratáis de enfermo mental a quien ve algo diferente a lo que ve el resto. Ése es el problema de esta sociedad.
¿Mis cosas, por favor? Ahora quisiera marcharme a casa. Tres años fuera son muchos.

viernes, 29 de agosto de 2014

Yo hablaré...

-Toc toc. ¿Hay alguien ahí?
...
-Lo suponía. Silencio y ausencia, como siempre.
...
-Igual algún día me dices algo. ¿Podrías, sabes? Siempre me dejas hablando solo.
...
-Joder. Eres como hablarle a una pared, sólo escucho el eco de mis propias palabras. Nunca me cuentas nada y eres como un libro cerrado. Vamos, háblame. ¿En qué piensas? 
Está bien. Si no me hablas, lo intentaré adivinar.
Siempre has sido callado y tímido. Las grandes situaciones prefieres pensarlas y plantarles cara a solas, encerrado en tu habitación. Y con tu música, ¿no? Ese rap que llevas todo el día y no lo dejas ni un segundo. Pero a solas, como decía, aunque no siempre se puede. Pero solitario. Siempre lo has sido. Quizá por ello des esa apariencia de seguridad y fortaleza. Nunca te has dejado ayudar en tus problemas. Ni siquiera los contabas, como ahora conmigo. Así que, a base de tragar tú solo con todo y tantos problemas, ahora das esa imagen. Seguro y fuerte interiormente, sí. Sólo hay que tratar cinco minutos contigo para darse cuenta de ello. Llevas la voz cantante, con bromas y animando a la gente.
Uhmm... Por tu mirada veo que no voy mal. Déjame seguir.
Los problemas te han hecho fuerte, así que, si dejas que un bolígrafo tome vida entre tus dedos, su significado siempre acaba siendo "los problemas existen, pero tienen solución. Sé fuerte." Esto también ocurre porque, en contra de todo pronóstico, las putadas y criarte solo, a ti no te malearon, todo lo contrario. Te hicieron alguien dispuesto a mirar por el resto antes de por ti mismo. 
Bien, esa media sonrisa indica un acierto más. ¿Sigues sin hablar? No importa.
Llevas toda tu vida sabiéndote expresar bien, no lo digo yo, queda mal (aunque lo creo). Te lo dice todo aquel que alcanza a leerte. Joder, has inventado una historia en tu blog y amigos de tus amigos se han viciado. En cambio, te cuesta abrirte a algo mayor para un público más grande, o a la cara. Por tu timidez, sí, lo sé. Pero, ¿cuántos folios has escrito y se han perdido en tu armario en una carpeta, tras rellenarlos de cosas maravillosas?
Deberías escribir más y dejarte leer. Comparte eso que tan bien haces.
Eres una mente inquieta. De eso no hay duda. No estoy en tu cabeza, pero ojalá leyera tus pensamientos. Ahora sé con certeza que por ellos sólo está la duda de cómo te conozco tan bien. Pero no. Esto es muy poco respecto a tus veintidós años. 
No eres fácil de conocer. No te dejas hacerlo a fondo. Es eso lo que rompería lo que eres. Mantener parte de ti en secreto es tu 'coraza de acero'.
¿Sigues ahí? Vuelvo a notar esa sensación de siempre, de que estás, pero ausente.
De que no importa qué se te diga, que tú divagas a miles de kilómetros. Allá por Suiza o Italia, que te encanta, siempre lo dices que quieres ir.
Sí, sigues aquí. Tú siempre estás. Ausente pero atento, no sé cómo lo logras.
¿Sigues estudiando? Sé lo tanto que te gusta un ordenador y no eres un genio, pero te manejas bien y ese grado superior te iría de perlas. Ahora te he hecho pensar en tu futuro, ¿no? ¿Trabajarás de ello? ¿No? ¿Cuándo empezarás a trabajar? ¿De qué? 
Ya sé que has buscado sin suerte, que te hace falta el dinero y bueno, para tus caprichos, que te encanta viajar. Te recorrerías el país, no hay duda. No me mires así, que lo sé, en tren. Con tu vértigo es difícil montarte en un avión, pero alguna vez debe de ser la primera. 
¿Ahora intentas zambullirte en tu piscina mental? Adelante, hay tiempo. Saldrás a flote y seguiré. Bucea, así vas a recordar a tu prima y sus carreras en el agua. La adoras, tu enana es de lo mejor que tienes. Esa pequeña rubia te llena de alegría y no es para menos. También tu madre, claro, jamás la olvido. Sí, tus amigos y tu hermano también están. 
¿Qué hay de ti? Eres lo mejor que tienes. Sin ti no hay nada, nadie. 
De ti hablaré luego. 
¿Del amor qué me cuentas? Aún esperando, ¿no?. Menuda paciencia la tuya. Oh, mierda.
Igual parte de tus malas rachas son por la añoranza de alguien a quien querer y alguien que te quiera. ¿Cuántos problemas habrían solucionado un beso seguido de un abrazo?
Sincero, obvio. Un abrazo de los sinceros, si no, no sirve para nada. 
Jamás has querido ni permitido algo por pena o conveniencia. Nunca te has precipitado buscando a una pareja, ni te has dejado llevar por la pasión ni ese aspecto golfo de los tíos. Eres de la visión fija en algo real, sincero y duradero. 
"Aún no te conozco y ya te quiero". Seguro que esa frase te caracteriza. Debe haber alguien por ahí. Alguien para ti. 
Ya de paso, recuerdo que te gustan los niños, ¿cuántos te gustaría tener? 
Seguro que ya tienes alguna idea. 
Si te conozco bien y me atrevo a decir que si, apuesto por una parejita. 
Quieres al futbolista que herede tu físico y tu afán de correr por un campo, recorriendo la banda. Pero también adoras la inteligencia femenina, su clara ventaja en la autosuficiencia, su cariño y entrega especial, algo hecho por ellas mismas. No podemos ganar en su terreno. Así que, creo que la parejita te simboliza. Esa inteligencia tuya, pero superada. Y ese muchacho bueno y deportista. 
Se te ilumina la cara si hablo de niños. Te encantan. 
Pero sigues siendo un misterio para mi y tu mente todo un mundo por explorar.
He contemplado ocasiones en las que quieres algo, lo puedes lograr, y no lo haces.
¿Por qué? ¿Miedo? ¿Aún temes a un 'no' o a fracasar? No puede ser. Tú no, por favor.
No puede ser que con tu forma de ser eso aún es un obstáculo. ¡Por favor, tío!
Tú, que todo lo puedes, tan fuerte y seguro. Tú que animas al resto a todo, ¿y no lo haces?
Así no se puede triunfar. ¡Atrevimiento! Eso falta. 
Y ahora tu rostro pasa de satisfacción a pena. 
Eres una jodida montaña rusa, demasiado sube y baja. 
Aunque sólo yo puedo saber eso. Sueles disimular bastante bien tus decadencias. 
Esa coraza de acero tuya, de sonreírle a la gente y sufrir en silencio.
Pero hoy te he pillado sin coraza. Quédate sin ella por hoy y cuando duela, deja que cicatrice. Una cicatriz es una experiencia vivida, y superada.
Vaya aspecto que tienes, no esperaba verte así.
Parece que protege la coraza, sí. Tus sentimientos a flor de piel y los notas como un cuchillo acariciándote.
Mírate, ¿acaso sabes qué quieres ahora? No sabes si reír o llorar. Observa tu rostro.
Ahora dudas: ¿miras o cierras los ojos? Mírame a mi y yo te describo.
La mirada al frente, los ojos bien abiertos.
Tienes muchas dudas sobre ti mismo, pero son vanas. Has de creer en ti, tienes que creértelo. Si quieres puedes, joder. Aunque no hables tu mirada ausente me vale para saber que no estás bien aunque quieras disimularlo. Ahora mismo en tus ojos sólo veo un campo de rosas marchitas. Un campo arrasado por el fuego. Un pájaro sin nido. Un arma sin blanco al que apuntar. Una persona sin techo, y un techo sin nadie para cobijar. 
¿Sigo?
En tus ojos no hay color. En tu mirada no hay la pasión que hipnotiza a quien los mira.
En tus ojos falta la pasión, la mirada cargada de fuerza que sólo mirar la gente sonríe y se viene arriba. Veo en ellos un niño triste porque se le ha caído el helado. Un niño que llora por el castigo de un padre desesperado. Veo otro padre que ha perdido de vista a su hijo. Una madre que llora por no poder tener bebés. Un cuerpo sin vida en una mente vacía. 
Veo un lago de tristeza. 
Un grifo abierto y que cada gota es un ápice de tristeza.
¿Quieres saber qué voy a ver?
Ah... Una mirada de intriga. Eso está mejor. 
Voy a verte a ti levantarte, mirar directamente a la luna (es tu cómplice de penas) y gritarle "NO. HOY NO". Vamos, grítalo. Una vez más, "HOY NO". 
Cierra ese jodido grifo. Sécate las lágrimas. 
Puedes, ¿vale?. Todo. Lo puedes todo. 
No olvides quién eres, ni a quién tienes. No olvides que sobre tu mente mandas tú. Tú decides tu estado. ¿Lloras o sonríes? Porque sollozando no ves lo alto que has puesto tu meta, y debes llegar a ella. 
Eh, eso está mejor. 
Das marcha atrás y tus ojos tienen otro color.
Si me pierdo en ellos veo el verde esperanza coloreando un campo donde el fuego no ha llegado y las rosas son bien rojas y bonitas. Un pájaro que invita a otro a su nido. Un arma que jamás se debe usar. Una persona que corre bajo la lluvia y llega a refugiarse bajo un techo con su nombre. 
Recuperas la sonrisa, me alegro. Es bonita. Ahora agrada mirarte a los ojos e hipnotizarme con su pasión. Me has hecho sonreír al mirarte. 
Me gusta el avance, el cambio. 
También en ellos veo a un niño que comparte su helado con otro al que se le ha caído. Veo a un padre contento que abraza a su hijo. Veo a un niño tras su padre asustándolo y riendo juntos. Una madre con gemelos, llorando de alegría por su suerte. Un cuerpo con más energía que nunca en una mente llena de vida. Una resurrección. 
Veo un mar de buenas opciones. 
El lago de tristeza queda muy atrás. 
¿Ves la diferencia?
Pues eres tú quien la marca. Sólo tú, nadie más. 
Eres dueño de tu destino, elígelo.
Bien o mal, ¿cómo quieres estar?
Bonita sonrisa y mejor elección.

Debo estar loco...
Hablando conmigo mismo ante un espejo. 
Loco o no, así funciono. Y hoy mi elección es vivir con plenitud, sonriendo -sin coraza- y siendo feliz. ¿Y vosotros, elegís como yo?

miércoles, 6 de agosto de 2014

Coraza de acero XI

-Atontao, reacciona. Espera, no jodas... ¿NO LO SABÍAS? - Sin quererlo Virginia había levantado la voz y se tapó la boca inmediatamente como si así evitase lo ya dicho.
-No... - Jose no daba crédito. Estaba descolocado. ¿Se podía tener peor suerte?
Dejaron las compras y fueron a una cafetería. Ahora mismo Jose necesitaba cafeína. 
-A ver, Virginia... Hasta hace nada seguía jodidísimo y muy pillado por Sara. Ella me dejó. Lo supuse, porque de la noche a la mañana dejé de recibir noticias, mensajes ni nada suyo. Tras unos días, una semana quizá, sus redes sociales fueron eliminadas, su número de móvil no existía... No sabía nada de ella y ahí acabó. Hace unos días conocí a Sandra. Hablamos, nos abrimos un poco el uno al otro, y nos hemos gustado. Ayer nos liamos y empiezo a olvidar un poco el pasado. Y ahora... Son primas. Voy a relacionar a la una con la otra, y no podré olvidarme de Sara, Sandra me recordará a ella. ¿Se puede querer a dos personas? ¿Se puede olvidar a tu primer gran amor, aunque el presente te la recuerde? 
-¿No la conocías entonces? Bueno, ¿y por qué no hablaste con los padres de Sara?
-Por algún motivo no querían conocerme, Sara prefería mantener las distancias, al menos, de momento. Eso me decía ella. No tengo sus números y es imposible contactar con ellos, no sé dónde viven.
-Hermanito... Estás jodido. Pillándote por la prima de tu antiguo amor, o no tan antiguo. ¿Le vas a contar algo de Sara?
-La odia...
-¡Hostiiia! ¡Más jodido aún! ¿Algo más? Pffjaja. Perdona, perdona. Pero... ¿Qué harás?
-A saber... No tengo ni idea, necesito tiempo. Debería decírselo, pero, ¿y si le sienta mal? Menudo lío. Sería un palo muy grande para mi ahora que empiezo a olvidar a una, que la otra también pase de mi.

La conversación no dio mucho más de si. No podía Jose reaccionar. Las compras se aplazaron, por supuesto. Ahora a Virginia le interesaba más el bien de su hermano, y eso ahora mismo, peligraba. 
Al llegar a casa, Jose no tenía hambre, se encerró en su habitación.
-Virginia, ¿te has peleado con tu hermano? No ha querido comer, y le veo mala cara. ¿Va todo bien?
-Sí mamá, es solo del tiempo, hacía demasiada calor y le habrá dado un bajón, no te preocupes, que todo va bien. 

Entre sus cuatro paredes, a Jose no le iba tan bien como su madre creía. Volvía a estar encerrado en su mente, sus problemas volvían a salir a flote. Parece que una vez más, le tocaría sacar del armario su "coraza de acero", y poner buena cara ante todos, y encerrarse a pensar en si mismo, en buscar su propia felicidad.

domingo, 27 de julio de 2014

Nuevo día

Las seis y media pasadas de la mañana. Una noche roza su fin, su oscuridad se desvanece y da paso a un nuevo inicio. La claridad del día poco a poco se impone. Acaba un sábado, iniciando un domingo. A veces me gusta pensar y hablar conmigo mismo mientras veo esto. Veo esfumarse el oscuro cielo y uno nuevo le sustituye. Lentamente, de forma casi imperceptible a nuestros ojos, la luz está ahí, donde antes sólo había negro. Los primeros rayitos de sol, iluminan las calles, atravesando la luz proyectada por las bombillas de las farolas aún encendidas por las calles. Se va colando por las rendijas de tu persiana. Un día acaba, y otro empieza. Un nuevo día. Así como todo en la vida, algo acaba y es sustituido. Gente que se va y en su lugar aparecen otras personas. El dinero que gastas, pero a fin de mes con suerte, regresa. Ese gatito que huyó de casa por la ventana, emprenderá el camino de vuelta. Sonrisas que se pierden, y se descubren nuevas. Besos que se los lleva el viento. Esos perfumes especiales que no se usan por no tener la cita adecuada. Promesas reemplazadas. Miradas perdidas en unos falsos ojos, y otras miradas te son devueltas de mayor intensidad.

sábado, 5 de julio de 2014

Coraza de acero X

-Olé y olé las mujeres guapas - Jose se acercaba a la mesa donde su madre y su hermana desayunaban y les dio un beso a cada una - ¡Que aproveche!
-Jo jo, vaya humos. ¡Alguien ligó anoche! - Su hermana se reía, había acertado.
-Buenos días rey, ¿quieres desayunar? Pero no demasiado, que son las 11:30 y luego no comes nada.
-Síí mamáa... - Le puso cara de aburrido y fue a por un tazón de cereales.
-¿Me acompañas de compras? Porfiii... - Su hermana suplicaba con los ojitos.
-Ya sabes que siempre lo hago. Acabo y me visto.
-Yujuu! ¡Qué buen hermanito tengo! Con razón ligaste, jaja. 
-Y daleee... Jajaja. 

Cuarenta y cinco minutos después estaban entrando en el centro comercial.  Ella ya iba enfilada hacia Stradivarius. No le costó coger varios pantalones y camisetas que le gustaron e ir al probador, cargándole a él su bolso. 
Para hacer amena la espera sacó su móvil y escribió en el grupo de Whatsapp de sus amigos;
-¿Cómo acabó la noche?
Lo acababa de enviar cuando alguien le tocó el hombro llamando su atención. 
-¡Sandra! ¿Cómo tu por aquí?
-Ya ves, de compras. Bonito bolso, te queda bien.
Ambos rieron. Se dieron un pico rápido, pero la situación era incómoda. Sabían que entre ellos había algo, pero no habían hablado desde anoche.
No mucho después, Virginia, salvadora, abrió la puerta saliendo del probador dispuesta a lucir su modelito.
-Anda, hola Sandra. ¿Qué tal?
-Eyy, de compras y saludando a... Espera, ¿os conocéis?
-Es mi hermano jaja
-Vaya casualidad. Bueno, yo me marcho. Me alegro de haberos visto. - Sandra se sonrojó por la vergüenza de 'estar' con el hermano de una conocida.

-Virginia, ¿de qué os conocéis?
-Nos presentaron en una fiesta de mi mejor amiga. ¿Y tú qué hacías hablando con ella? Creía que no querías saber ya nada con relación a Sara. 
Eso no era cierto, pero él había dicho eso tiempo atrás para no preocupar a su hermana.
-¿Y eso qué tiene que ver con Sandra?
-Mmmm.... Déjame que lo piense... Quizá... Porque... Mmmm.... ¿Son primas?

viernes, 27 de junio de 2014

Coraza de acero IX

-Jose, yo... Yo quiero disculparme.
Tras besarse en la discoteca, Jose cogió a Sandra de la mano y se despidió, añadiendo acompañarla a casa. Todos opinaron que era la mejor idea. Ahora, caminando tras un momento de incómodo silencio, ella le dijo eso. 
-¿Tú? ¿Por qué? - Jose no lo entendía.
-Bueno, no debí... No debí haber bailado con él. Vine con vosotros y debería haberme quedado junto a ti y tus amigos. 
-¡Anda ya! Sólo ibas a bailar. A pasarlo bien. No has hecho nada mal.
-Si es que...Bueno...¡Me gustas! Y no te lanzabas. Quería ponerte celoso, intentarlo al menos...
-Parece que funcionó. Pero la próxima, simplemente, podrías haber dicho algo. Pedir o darme el beso. 
-¿Me das un beso?
-Y mil, si los quisieras.
Terminó la frase con sus labios pegados a los de ella. Fue un beso suave, corto, rozándose apenas los labios, hasta que ella le sujetó la camisa y le apretó contra ella, buscando la lengua con la suya para enrredarlas y quedarse así lo que les pareció una eternidad.
El camino de besos y abrazos les pareció bastante corto y antes de lo que querían estaban en el portal de ella. Parecía el fin de la noche.
-No me apetece subir aún. ¿Te quieres quedar? Aquí charlando, o ¿prefieres volver?
-Por nada del mundo me iría ahora de tu lado.
Sandra no sabía si se refería a que estaba a gusto con ella o era por miedo a que le pasara algo por lo ocurrido, aunque sólo estaba a unos cuántos escalones de casa. Pero sonaba tan bien que no le importó. Se sentó en el suelo, con la espalda apoyada  en los fríos ladrillos y con unos golpecitos le invitó a imitarla.
-Qué irónico todo. Quería un beso tuyo y casi me dan otro. Quería tu boca y a cambio casi te cuesta una pelea, cuando estuvimos a milímetros.
-¿Y si él te hubiera besado y te gustase? - Le asaltaron las dudas.
-Yo no me habría dejado, soy luchadora. Confiaba en que tu tampoco lo llegaras a permitir. Aunque me lo hubiera dado, no me habría gustado.
-¿Por qué Sandra? ¿Cómo puedes saberlo?
-Porque no eran tus labios Jose.

El resto de amigos habían abandonado la discoteca e iban todos juntos, a dejar a las chicas una a una en sus casas. Con el susto nadie quería arriesgarse.
Luis y Miriam iban rezagados, querían intimidad pero no apartarse del grupo.
-Muchas gracias por todo... - Ella apretó su mano, intentando contener las lágrimas.
-Por alguien como tú, esto es lo mínimo que podía hacer. - Luis sólo quería que le desaparecieran las lágrimas que a él le dejaban roto interiormente.
-No sé si llego a merecer tanto la pena...
-Déjame descubrirlo, conocerte.
-Será un placer, mi héroe.

jueves, 26 de junio de 2014

Ascenso

Un 5 de Junio del 2012 escribí esto:
http://elfondodemi.blogspot.com.es/2012/06/ccf.html

Un 22 de Junio, ocurrió el milagro. La ilusión. La esperanza nos llevó a lo más grande.
¡El Córdoba asciende a primera! 
La historia procedo a narrarla;
Las palmas 1-0 Córdoba. Nos vale un empate. Un gol y somos de primera. Minuto 91 y medio, 92. 
Los ultras estaban tan emocionados, no cabían en sí, que ocurrió algo impensable: Saltaron al campo antes de tiempo.
Los jugadores de su equipo, su entrenador, presidente y todo el mundo, les echaba del terreno de juego.
Fueron diez minutos de rarezas e incertidumbre. 
Deciden dejar seguir el juego. Balón en largo del portero Juan Carlos, alguien del Córdoba la baja, se revuelve, centra al segundo palo, Raúl Bravo remata como puede, despeje -malo y gracias a Dios- del portero palmense y, ULI DÁVILA remata. ¡GOOOOOOOOOOOOL! 
¡SOMOS DE PRIMERA DIVISIÓN! 

Poco más puedo decir. Han pasado ya cuatro días desde entonces, mi voz aún no me ha vuelto por completo de dejármela entre gritos y cánticos al Córdoba Club de Fútbol y sus jugadores. 
Nos han llevado a lo más alto, nos han dado la gloria. Y se lo merecen subir, y todo.
Gracias, jugadores. 
Gracias, afición.
Gracias, Lanchas por compartir esos momentos. 


viernes, 20 de junio de 2014

7 añitos

Se que vengo dos días tarde, pero, ¿qué importa? No lo leerás. 
O quizá te lo enseñe cuando seas lo suficiente mayor como para haber olvidado ese día, pero no lo bastante para haberme olvidado a mi.
El día dieciocho de Junio, mi pequeña, hiciste siete añitos. 
Estás enorme, pero eres especial. Eres la niña más cariñosa del mundo cuando quieres serlo, pero me ves, y te ríes, y huyes, te escondes tras la primera persona que encuentres, entre risas, por tal de que no te coja y te de un beso. Claro que acabas viniendo a mis brazos, a abrazarme, y darme un beso.
Te me haces mayor, enana, y ojalá nunca crecieras. 
Ojalá nunca tuvieras que ver el mundo tal y como está, y sigas siendo feliz en tu ignorancia.
-¡Vamos a jugar al escondite!
Tu tan inocente, siempre escondida en los mismos lugares y crees que paso de largo porque no te veo,y solo lo hago por hacerte reir, para que ganes, que si no, te sientes mal 
Ayer me hiciste el más feliz, enana. El acto era tan simple como estar tumbada sobre mi, con la toalla cubriendo tu húmedo cuerpo, diciéndome que tenías frío. Y te abrazaba, y te quedabas tan quieta, tan cómoda, que me hacías olvidar todo y sólo recordar cuánto te quiero.
-¿A que no encuentras mis manos?
Una y otra vez hacías lo mismo, esconderlas y hacerme cosquillas y yo, haciéndote creer que pensaba que era un bicho. ¡Y cómo reías! Que feliz eres en la inocencia. 
Feliz septimo añito, mi princesa. Estaré ahí año tras año, viendote crecer. Te quiero, mi primita, mi niña.

FCT

Otro ciclo acabado. 
Hoy 20 de junio, estoy a una hora de llevar un día con mis prácticas en empresa acabadas.
Se me hace raro, estar escribiendo en mi casa, y no allí.
Han sido tres meses en ese mismo despacho, ante el mismo lento y desesperante ordenador.
Desde los primeros días, ansiaba el día de acabar. Las horas se me hacían eternas.
No era las prácticas deseadas, ni lo han sido al final. No me he llevado grandes aprendizajes como cabe esperar en prácticas, eso, por supuesto, lo echo y lo echaré en falta. 
Trabajo que me encargaban que acababa en diez minutos, y el resto de la mañana, lo tenía libre, pero a veces, tanta libertad y tiempo libre, agota más que el movimiento constante.
Agota la mente. ¿Qué hago ahora? Era la pregunta que me rondaba constantemente.
Miraba el reloj una vez, y otra. Y aún no llegaban ni las diez. -Otro día más desesperante-, pensaba.
Pero ahora, quién me lo iba a decir, lo extraño. 
Al acabar, allí estaban esas tres maravillosas personas que mejor se han portado conmigo.
-Alejandro, que ya acabas.
Esas fueron las primeras palabras de nuestra despedida.
Me hicieron sentir bien, a la vez que mal. Una despedida siempre es eso, un casi seguro adiós.  Y a mi, al menos, me entristece. 
Besos, agradecimientos, sonrisas (luego habría tiempo para la tristeza) e infinitos ¡que te vaya bien, y suerte! 
Voy a extrañar la rutina. Apagar mis alarmas, desde las 6:45 hasta las 7:15, y vestirme corriendo, lavarme la cara, y salir a paso ligero hacia el autobús. Cogerlo a y 34, llegar cerca de y 50, y andar esos 8-10 minutos (según tuviera la mañana, y fuera más deprisa, o menos). 
Llegar a las 8:00 en punto, no me gustaba ser impuntual, cuando siempre lo soy en las citas.
Saludar a Cari, dirigirme a mi despacho. Encender el Pc, mirar su correo, y empezar a entretenerme con cualquier cosa. 
Puede ser aburrido, sí, pero la rutina se acostumbra uno, y la añora. 
Al menos, me quedo con lo bueno. Tres meses después, mis prácticas han acabado, y con ello,  obtengo mi título de Grado Medio como informático. Nada mal, ¿eh? 

Con esto, sólo quería un desahogo, un comentaros que, hasta lo más aburrido, repitiendolo cada día, se puede acabar echando de menos.

miércoles, 11 de junio de 2014

Coraza de acero VIII

Ellos ya estaban allí puntuales esperándolas. Entre risas, unos a otros se avisaron, giraron, silbaron y se quedaron mirando a las chicas. Cada cuál iba más guapa, pero ganaba en recibir miradas Sandra. Ella sonreía. 
  -Puta. Todos te desean. - Su amiga se lo recordaba una vez más entre risas.

  -Cabrón con suerte. Ha venido así para ti. - A Jose también se lo tenían presente. 

Llegaron a su altura, volaron los piropos y todos se saludaron con dos besos. Sandra saludó a Antonio, Jaime, Pablo, Luis y Jose, en ese orden. Con éste último se entretuvo más, se estrechó entre sus brazos y los besos fueron muy cerca de la comisura de los labios, con una sonrisa cómplice y especial por parte de ambos. 

Fueron entrando y el ambiente era muy bueno. Reían juntos, bebían, bailaban. 
Jose y Sandra ya habían compartido más de un baile juntos, alguno demasiado sensual, y varias conversaciones íntimas. Pero nada más. 
Miriam apareció de entre la multitud, se excusó con Jose y se llevó a su amiga a la barra, a por algo de beber. De camino charlaron qué tal iban las cosas. 
Sus amigos también se interesaban y el chico les respondía sin apartar la mirada de ella desde lejos. Observó a dos tíos hablarles cerca del oído, darles dos besos a cada una, y sacarlas a bailar. A pesar de esos celos no lo podía impedir, y menos cuando Laura se enganchó a él y empezó a moverse. Se dejó llevar por la música y le siguió el ritmo. Ella casi babeaba y estaba ensimismada por su simpatía, pero sabía que era 'propiedad privada' así que se contentaba con bailar y con ello como excusa, acariciarle por donde pudiera, sin ser descarada. 
Laura levantó la mirada sobre el hombro de él y vio a Sandra siendo agarrada de la cintura por su acompañante e intentándola besar mientras ella se resistía como podía. Laura avisó a Jose que, al ver la escena, corrió hacia ellos. De un empujón apartó al tío y la situó detrás de él.
-Déjala en paz. - Su mirada amenazaba más que su voz. 
-Ya ha pasado de ti, hermano. No os he visto ni besaros. Ahora me toca intentarlo.
-Ni te atrevas.
-¿Me lo vas a impedir tú, gilipollas?
-Igual nosotros sí. - Jaime se interpuso entre ellos. Aquél bicho de metro noventa y cuerpo de guardia de seguridad obtenido a base de gimnasio asustaba. Antonio estaba a su lado. No era tan alto ni esbelto, pero igualmente intimidaba. 
Jose preguntaba, ajeno a aquello que no ocurriría nada, a Sandra si estaba bien. Ella temblando le decía que sí. Se abrazó a él, y entre sollozos, no dejaba de agradecérselo.

Luis y Pablo, con dos amigas de ellas a sus espaldas y el aviso de éstas de que no veían a Miriam y estaba con el otro amigo del individuo, la buscaban. Le encontraron pegada a la pared en una zona más oscura. El muchacho tenía y movía una pierna entre las de ella y le besaba el cuello mientras le agarraba las manos. A medida que se acercaban vieron sus lágrimas. Luis aceleró el paso, agarró y tiró hacia él desde el hombro a ese imbécil y acto seguido le lanzó un puñetazo hasta su nariz y otro a la boca del estómago, dejándolo tumbado y sin poder respirar. 
Natalia ya abrazaba a su amiga. 
Pablo agarrando al tipo de la camiseta lo arrastraba fuera de allí. 
Luis fue a por Miriam, le secó las lágrimas y se interesó por ella, lleno de cariño y ternura. No había ni rastro de la furia de hace unos segundos. Pidió agua a Cristina y ella se fue llevándose a Natalia.
-Estoy bien...No ha llegado a más... Gracias...
-Ya todo va bien...Tranquilízate...

En ese mismo momento, en los extremos opuestos de la misma discoteca, Jose rodeaba con su brazo la cintura de Sandra y ella acariciaba su mejilla, cada vez más cerca.
Luis se separó de Miriam para mirarle, sonreírle y ver cómo ella le devolvía la sonrisa, acercándose lentamente a su boca.
Y las dos parejas se besaron a la vez.

martes, 10 de junio de 2014

Coraza de acero VII

Cada uno estaba ya preparándose para lo que esperaban un sábado especial. 
Jose había elegido una camisa que apenas tenía un par de detalles; alguna palabra y un símbolo en la espalda. Pero era bonita y encajaba genial en su cuerpo. Le quedaba algo ajustada, pero no en exceso. No le gustaba ir pareciendo uno de esos fans del gimnasio o que creyeran que presumía de ello, cuando el hecho es que ni se ejercitaba de esa forma. Cuidadosamente seleccionó un pantalón vaquero que vio algo más elegante que el resto, aunque no diferenciaba mucho por su poco tacto a la moda. 
Tras limpiar a conciencia dos veces seguidas sus zapatos, se abrochó los cordones y se dirigió al espejo. Una vuelta sobre si mismo, y se vio bastante bien. Sonreía mirándose. Se sentía seguro. Se sentía bien. 
Fue hacia su cajón, abriéndolo lentamente. Dudaba entre la multitud de sus colonias mientras paseaba la mirada por sus preferidas: Diesel, One Million, PlayBoy, Pacha y Calvin Klein.
-Espero que sea como todas en este aspecto - Pensó en voz alta y yendo a lo seguro, dejó que el aroma de One Million se uniera a él. 

Sandra estaba recién duchada, con la toalla cubriéndole desde el pecho hasta los muslos y otra envolviendo su húmedo cabello. Frente a ella la cama estaba llena de vestidos. Mujer y mucha ropa es sinónimo de muucho tiempo y un pase de modelos. 
Acabó decantándose por uno azul eléctrico que realzaba el azul de sus ojos. De su cuello colgaba un collar pequeño y discreto, pero hacía que no se sintiera tan 'desnuda' al mirarse en el espejo y verse. En primera plana su collar, entre la V de su escote; no demasiado grande pero sugerente y sexy.
Tenía un cuerpazo, por lo que decidió lucir sus piernas torneadas y no usar medias, lo que producía que a cada paso que daba sintiera la tela del vestido rozarle a medio muslo, y le agradaba. 
Unos bonitos tacones y su larga melena por su espalda, salvo algunos tirabuzones que ella misma se había hecho y le hacían cosquillas en sus hombros, y casi había acabado.
Unas gotitas de su mejor perfume y lista para ir a por todas.

miércoles, 4 de junio de 2014

Coraza de acero VI

Llevaban varios días hablando. Se gustaban, aunque no lo notasen o no quisieran reconocerlo, por ser demasiado pronto aún. Compartían el mismo miedo en secreto: No excederse demasiado hablando. Ninguno quería hablar de más por no aburrir al otro, pero era todo lo contrario pues ambos reían y seguían hablando. 
-¿Por qué no salimos este fin de semana? Con nuestros amigos, unir ambos grupos. Igual alguna parejita cae.
-Jaja. Lo propondré. Hazlo tú también. 

Al rato confirmaban el agrado de sus respectivos amigos y que ese finde se verían. La misma manera en la que se conocieron, sólo que ahora, iban un paso más allá y los dos pensaban y deseaban, que esa parejita, ojalá fuese ellos.

-Luis, ¿crees que podría pasar algo?
-¿Me vacilas? ¿Cuándo se te ha resistido alguna?
-Capullo, hablo en serio. Ya sabes que desde lo de Sara... Eres el único que sabe que no he tocado a ninguna otra. Es la 'primera'.
  Por supuesto, le había contado toda la historia a los pocos días de hablar más en serio con Sandra. Luis le había confesado que algo imaginaba por su comportamiento, y llegaron los comentarios de `tuviste que haber confiado más, y haberte apoyado en mi´, `¿por qué no me dijiste que me notabas raro?´. Pero nada grave.
-En serio, inténtalo. Te lo mereces y ya vale de torturarte. Debes ser feliz. 

La respuesta fue un simple pero sincero abrazo.

-¿Estás loca? ¡Está buenísimo! ¡Lánzate! - Su amiga reprochaba a Sandra.
-No sé... Igual no está seguro, o me rechaza como a ti y me quiere como amiga.
-Pero tú eres mucho mejor que yo; más guapa, buenorra, y no has ido cual loba a su cuello como yo hice, si no que le conoces algo más. 
-Bueno, veremos cómo va la noche, lo primordial es disfrutar.

En el fondo deseaba intentarlo y no ser rechazada.

lunes, 2 de junio de 2014

Ciao Feria 2014

Y lo bueno se acaba. Toca decir 'Adiós, Feria 2014'.
Aquí, que nos hemos juntado familia y amigos. Amigos de amigos.
Que nos hemos emborrachado y hemos visto borracheras.
Que se afianzan aún más los lazos que ya hay. Que los grandes sabes que nunca dejan de sorprenderte.
Que ves a gente; a tu vecina en la feria de fiesta, ¡manda huevos Veci! Y a la malagueña, qué trabajito nos ha costado encontrarnos después de todo. Pero mereció la pena, ¿eh? Ya sabes que te debo una visita a la playita. Habrá que ir, no se puede hacer ese feo.
A los que han estado ahí fieles, agradeceros lo grandes que sois; Marta y Nuria, esas compañeras de feria leales. Javi, ¡qué enorme! Poco puedo decir de ti, si has acabado siendo el mejor demostrando estar ahí siempre y para todo.
Sólo me queda agradeceros a todos el habernos visto, haber reído, bailado, bebido.
Ese botellón, en el que un sorprendente Benitez, que apenas tiene relación con nosotros (o al menos, poca conmigo) va, y suelta:
-Un aplauso para este muchacho y su blog.
ESE JODIDO MOMENTO. Qué afortunado me sentí de rodearme con todos vosotros.
Ese portero y su coña, de:
-DNI, por favor. ¡Eh, pero si estás ya hecho un tío! (Tengo casi 22 años, ¿ok?). 
Todos esos momentos son irrepetibles, inolvidables. 
Haceros saber que me hacéis ser "grande" (en el sentido de la palabra... Sobran chistes, hijos de puta)
Y que os quiero. Que repetiría una y mil veces esta feria, desde juntarnos 10 personas, hasta los 4, 3, y 2 que hemos estado solos allí.
Hasta el año que viene, feria.
Hasta dentro de poco, cracks.





martes, 27 de mayo de 2014

Coraza de acero V

Apenas había dormido, ni siquiera por la mañana, leyendo lo que Sandra le escribía sin cesar. Casualmente, una historia casi como la suya. El amor que parecía eterno dejó de serlo. La distancia también jugó sus cartas, 'gracias' a ello a Sandra la dejaron porque había conocido a otra y él necesitaba estar, ver, sentir y tocar a su pareja y ella no estaba ahí para eso.
  Jose se había mantenido distante y sin entrarle en detalles, lo que ella parecía entender y no se lo reprochaba. Él le daba la razón en que su historia era parecida. La diferencia es que él no tuvo ni explicación. 
¿Eso era todo, otro? Muchas veces lo había pensado pero no lo quería creer. Ella no tenía ojos para otro. O al menos antes no...

Sandra era agradable, no había duda. Le confesó lo impresionada que se quedó por la noche al ver cómo rechazaba a las chicas y aun así éstas se sentían bien con él. Le dijo que era algo de lo que ya no se encontraba, o más bien, alguien. 
Y él olvidó a Sara mientras reía con ella. Lo hacía de verdad, nada de fingir.
¿Y si era el momento de olvidar y dar paso adelante?
Había perdido ya alguna ocasión que realmente merecía la pena esperando algo que quizá no llegase nunca. Se sentía gilipollas repitiéndose una y otra vez 'otro'. 

Ella por su parte estaba encantada. La charla había sido intensa. No habían intimado mucho, pero ya deseaba hacerlo. Miraba desde la cama, esperando ver parpadear el Led de notificaciones de su móvil, pero seguía apagado. 
Al principio le había costado sacarle el tema de la ex de él. Cada vez que oía un nombre de Sara la ira hacía acto de presencia en ella. Una pelea entre sus familias las separaron de pequeñas y ahora apenas puede oir ese nombre. 
Pero él rápido había aplacado ese enfado consigo misma y la hacía reir. 
Notaba que era alguien distinto. Mejor.

Poco antes de los siete meses, los padres de Sara seguían llorando la desgracia.

martes, 20 de mayo de 2014

Coraza de acero IV


Eran las 8 de la mañana y su móvil vibró en el bolsillo delantero de su pantalón. 'Juraría haber dicho a mamá que llegaría tarde' piensa, pero no vibra más de una vez. ¿Un WhatsApp ahora? Mira la hora en su reloj de muñeca y con el corazón a mil saca el móvil con rapidez. Es la hora en la que Sara le daba los buenos días. ¿Sería ella? ¿Al fin? No quería hacerla esperar. 
-¿Jose? 8:00
Un número desconocido.
-¿Sí? ¿Quién eres? 8:01 ✓✓
-Sandra. Nos conocimos esta noche y pedí tu número. 8:02

-Tío, ¿le habéis dado mi número a Sandra? - Les preguntó a Luis y Antonio, los supervivientes de la noche, que negaron con la cabeza.
-Quizá Jaime. 

-Sandra... Uhm...Uhm... Sólo me suena una muchacha bajita y guapa, morena y ojos de color azul, aunque mucho no me fijé. Pero tú no te pareces a ella! 8:07✓✓
La broma consistía en que a ella no se le veía la foto de perfil, y sólo se veía el icono blanco. 
-Idiota! jaja. Para no fijarte menudo repasito me diste. Te desperté? 8:08
-Nop, ando desayunando. 8:09✓✓
Imagen.  8:09✓✓  -La foto de churros con chocolate aparecía en pantalla.
-Ummm.. Qué pinta. Que aproveche! Espero que no te moleste que haya pedido tu número. Háblame luego que estés más libre si te apetece, quiero comentarte algo. Muak! 8:11
-No, no me importa. Te escribo después. Ciao bella! 8:14✓✓

-Hola Sandra. Acabo de llegar a casa. Necesitas algo? 8:49✓✓
-Ya descansando al fin? 8:52
-Eso parece, a ver lo que dura. Dormías? 8:53✓✓
-Lo intentaba, pero no
-Bueno, dime. No me has respondido. Necesitas algo? 
     Los mensajes empezaban a llegar más fluidos, sin esperas. 
-Es sólo que esta noche bailando y todo eso me has excitado Jose, y... mmm...qué llevas puesto?
-Perdona, has bebido demasiado? - Jose flipaba un poco, ¿que pidiera su número para eso?
-Sí, exceso de Nestea. Jajaj, era broma tonto! Al menos casi todo :P Es sólo que soy una especie de psicóloga y me has preocupado. 
-Así es que me has psicoanalizado.. y qué te preocupa? 
-Tú y tu actitud. 
-Por qué haces esto? Preocuparte por mi, digo. ¿Has pedido mi número sólo para 'tratarme', decirme que estoy loco o algo así?
-Porque creo que pasas por el mismo problema que yo. O que pasé. Sara, ¿no?

El mundo se le cayó a los pies. ¿Cómo lo sabía? Ah, claro. Sus amigos algo dirían. ¿Y qué pasaba ella, parecido a él? ¿Cuánto de lo ocurrido en su historia sabía?

¡Gracias!

Quisiera agradecer a todos aquellos que entráis y me dedicáis parte de vuestro tiempo; no sólo en leerme, si no, algunos de ustedes, en escribirme y darme vuestras opiniones.

Quizá en algún momento sí que esperé que alguien me leyera, aparte de un par de personas fieles a tantos años de amistad. Pero nunca pensé, que en cosa así de dos días, esta "cantidad de gente" (no sois muchos, pero para mi suficientes y sí más de lo que esperé jamás) me diesen sus críticas, algunas duras por  las amargas palabras leídas pero ha sido para bien, otras enormes palabras para afianzar la amistad, otras "amenazadoras" para que siga escribiendo la historia porque se siente muy identificado en ella. 
La mayor parte, sorprendidos por esta faceta mía. ¿Quién pensaría eso de un intento de futbolista?
No tendré un gran equipo que me fiche o una gran pareja que esté muy buena y me quiera por mi dinero, pero tengo una enorme mentalidad repleta por historias y palabras que dar, consejos, y bromas. 

Lo mejor es el aprecio de la gente, el cómo me apoyan, me animan a seguir escribiendo en busca de más:
- "Acabo de descubrir tu blog y es la leche. Me tienes enganchadisimo ya" 
- "Esta noche me has emocionado sin saberlo. Lo estaba leyendo y me iba acordando de cual fue uno de los motivos más grandes por lo q me empece a juntar con ustedes. Que sois gente de verdad, que merece la pena y tiene un gran corazón."
- "Que sepas que por tu culpa llorando estoy.(...) Y aquí estoy con unos lagrimones... me has hecho acordarme de muchas cosas."
- "Eres muy grande. Que sepas que cualquier cosa aqui me vas a tener, que eres una especie en peligro de extinción"
Ejemplos de lo que me han llegado a decir. (aparte de la imagen que ya subí)

Muchas gracias a todos por el tiempo que aportéis, por lo que me podáis criticar para mejorar, con vuestros gustos, alguna posible idea; cualquier cosa estoy dispuesto a leeros y, si se puede, ¡bienvenido sea!


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